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Exposición a contaminantes atmosféricos

Evaluación de la exposición a los contaminantes

Tomado de:     Libro Blanco, SEMARNAP 2000.

 

Las concentraciones de contaminantes en la atmósfera pueden variar
considerablemente en espacio y tiempo. Contaminantes como el ozono y las
partículas PM10 tienden a tener una distribución espacial (extramuros) más
homogénea en áreas relativamente grandes, mientras que contaminantes como el
monóxido de carbono y el bióxido de nitrógeno tienden a variar mucho en
distancias más cortas. Debido a estas variaciones y a la diversidad de lugares donde
la gente puede realizar distintas actividades a lo largo del día, los niveles de
exposición de una persona no siempre son iguales a la concentración medida en las
estaciones de las redes de monitoreo atmosférico.

Para que exista un efecto en la salud de un indivi-duo, éste debe estar expuesto al
contaminante, es decir, entrar en contacto físico con él. El patrón de exposición de
una persona a un contaminante depende de tres factores principales:

El tiempo que la persona pasa en diferentes microambientes (casa, oficina,
escuela, automóvil, autobús o alguna calle congestionada).

La concentración de contaminantes presente en cada uno de estos
microambientes.

La tasa ventilatoria de la persona, determinada por el tipo de actividad que
realiza (dormir, caminar, hacer ejercicio intenso, etcétera).

Estudios realizados en Estados Unidos de América han comprobado que aún en
situaciones en las que se satisfaga la norma de calidad del aire en las estaciones de
monitoreo, un número considerable de habitantes puede experimentar niveles de
exposición que están por arriba de la norma2. Por este motivo, resulta indispensable
complementar las mediciones rutinarias ambientales con mediciones realizadas en
diferentes microambientes intra y extramuros.

Un análisis completo del riesgo por exposición a los contaminantes atmosféricos
debe combinar esta información microambiental con información sobre los
patrones de actividad de diferentes grupos de personas. Sólo de esta forma se
podrán estimar los porcentajes de la población que se encuentra expuesta a
concentraciones por arriba de la norma de calidad del aire. En las principales
ciudades del país se presenta esta situación para el monóxido de carbono (y
probablemente para el bióxido de nitrógeno e hidrocarburos como el benceno y el
1,3-butadieno), pues conforme a la información derivada de las redes de monitoreo,
este contaminante no pareciera imponer un riesgo significativo a la salud. Existen,
sin embargo, evidencias de una exposición a niveles de contaminación superiores
en la vía pública y en los diferentes medios de transporte, lo que seguramente se
debe al hecho de que todavía hay en nuestras zonas urbanas un porcentaje
significativo de automóviles carburados que emiten grandes cantidades de
monóxido de carbono y de hidrocarburos por no contar con equipos de control.

En forma conservadora, se estima que un vehículo carburado con cerca de 20 años
de edad emite un volumen de contaminantes equivalente a por lo menos 100
automóviles con convertidor catalítico de tres vías (aquellos presentes en todos los
autos a partir de 1993 y que controlan las emisiones de monóxido de carbono,
hidrocarburos y bióxido de nitrógeno).

En México, los estudios de exposición personal a contaminantes iniciaron hace
unos cuantos años. Para promover y desarrollar este tipo de estudio, el INE
estableció en 1997 el Centro Nacional de Investigación y Capacitación Ambiental
(Cenica), con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (Jica)
y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

A pesar de su corta edad, el Cenica se ha convertido ya en la institución con la
mayor capacidad técnica y analítica para realizar estudios de monitoreo personal y
microambiental de contaminantes en América Latina.
La Secretaría de Salud estableció recientemente el Centro Nacional de Salud
Ambiental (Censa), para llevar a cabo estudios de salud ambiental especialmente de
tipo epidemiológico. Entre las más importantes tareas en las que ha avanzado el
Censa es en el establecimiento de las relaciones dosis – respuesta para las
concentraciones de ozono y PM10 en la Zona Metropolitana del Valle de México
(ZMVM). Desde que fueron creados, el Cenica y el Censa han venido realizando
investigaciones de manera coordinada, sumando esfuerzos y optimizando los
limitados recursos humanos y económicos disponibles en ambas instituciones.
2 Hartwell, T. D.; Clayton, C. A.; Michie, R. M.; Whitmore, R.W.; Zelon, H. S.;
Whitehurst, D. A. y Akland, G. G. Study of carbon monoxide exposures of
residents of Washington, D.C. (1984). Se presentó en la 77th APCA Annual
Meeting, San Francisco, California. Johnson, T. A study of personal exposure to
carbon monoxide in Denver, Colorado. (1984). Se presentó en la 77th APCA
Annual Meeting, San Francisco, California.

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