¿Acuerdos en Cancún?

Julia

 

¿Acuerdos en Cancún?

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  11 de diciembre 2010

A la entrega de esta colaboración la Conferencia de las Partes sigue negociando, en Cancún, un documento final que la presidenta de la COP ha sometido a discusión y, esperamos, sea aceptado. El documento integra los avanCces alcanzados por los grupos de trabajo en los días pasados. Es posible que cuando esta publicación se encuentre circulando exista ya un resultado final aunque no sorprendería que el debate continuara. Aun cuando el término de la COP16 está definido oficialmente para el 10 de diciembre, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático se ha caracterizado porque sus COP se prolongan, al menos, toda la noche del último día de negociaciones.

El documento que está negociándose abarca los temas de cooperación a largo plazo, adaptación, mitigación, suministro de recursos financieros, desarrollo y transferencia de tecnología, incentivos para la reducción de las emisiones debidas a la deforestación y degradación forestal (REDD) y fomento de capacidades, principalmente.

El punto más controvertido en esta COP correspondió al tema de la mitigación, debido a que en 2012 termina la primera fase de compromisos del Protocolo de Kioto y es indispensable definir los correspondientes a las siguientes etapas. En este tema no se llegará a acuerdos en Cancún. Aunque se están emprendiendo acciones en el ámbito local, en el marco global vinculante existente aún no se establecen los nuevos compromisos necesarios para evitar que el aumento de la temperatura media de la superficie de la tierra exceda los 2°C en las siguientes décadas. La Unión Europea anunció una reducción de emisiones, para el año 2020, hasta de un 20% por debajo del nivel que tenía en 1990 y sus miembros han aprobado leyes para lograrlo. Ofrece, además, llegar a una reducción de 30% en el mismo periodo, siempre y cuando otras grandes economías se comprometan a asumir su parte. El gobierno de Estados Unidos mantiene su posición expresada en Copenhague de reducir sus emisiones para 2020 en un 17% por debajo de las que emitía en 2005. Pero ni Estados Unidos ni otros países de economías emergentes aceptan incorporarse a compromisos vinculantes en un acuerdo global. Si bien Cancún no será definitorio en este tema, si es necesario establecer, en el marco de la ONU, la ruta crítica de los próximos meses para llegar a un acuerdo definitivo antes de 2012.

Algunos avances se reflejan en el documento con respecto a los mecanismos de transferencia tecnológica, sin embargo las discusiones con relación a los derechos de propiedad y venta de las patentes se han complicado. También hay avance en lo que se refiere a la propuesta de constitución de un Comité de Adaptación para facilitar y coordinar la asesoría científica y tecnológica existente e identificar los recursos financieros necesarios para que los países en desarrollo más vulnerables enfrenten los impactos del cambio climático. En cuanto al financiamiento, existen propuestas para que fluyan los 30 mil millones de dólares de ayuda a los países en desarrollo definidos en el Acuerdo de Copenhague y lograr que la entrega sea rápida y total.

El tema que mayor progreso alcanzó en Cancún es el referente al mecanismo REDD, ahora llamado REDD+. La base de este mecanismo es que cuando los ecosistemas forestales se destruyen por el cambio de uso de suelo o por los incendios, el carbono almacenado en el tejido vegetal (producto de la fotosíntesis) se libera a la atmósfera incrementando la acumulación de gases de efecto invernadero (GEI). A nivel global, la aportación de estas emisiones representa 17.3% de los GEI totales. REDD+ es un incentivo económico para los países en desarrollo que estén dispuestos a reducir emisiones evitando la deforestación y degradación de sus bosques. Lo determinante de REDD+ es que los recursos económicos deben llegar a los dueños de la tierra para que, mediante una estrategia integral de conservación y manejo sustentable de los ecosistemas forestales, se logren beneficios sociales y ambientales además de evitar la generación de emisiones (por ello se añadió el + y se conoce como plus). Las discusiones con relación al monitoreo, revisión y verificación han sido muy complejas, así como las controversias en el tema de la tenencia de la tierra. Aunque prácticamente existe ya un consenso, no está claro que los avances sobre este mecanismo serán adoptados si no se aceptan los demás temas; varios países han insistido en que se trata de un paquete de acuerdos integrados. Bueno sería que, al menos, el progreso logrado en REDD+ fuera aprobado. La enorme importancia de este punto radica en ser el mecanismo más claro que vincula los dos grandes problemas ambientales globales: la pérdida de la diversidad y el cambio climático. Con su aceptación en el marco global de la Convención se habrá logrado un avance muy significativo y podremos recordar a la COP16 de Cancún como la COP verde de cambio climático.

Fuente: Hemeroteca