Capital natural de México

Julia

 

Capital natural de México

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  08 de agosto 2009

La obra Capital natural de México, coordinada por la Conabio, fue presentada el día 30 de julio en el Museo de Arte Contemporáneo de la UNAM en un evento que conjuntó a varios cientos de personas que jubilosas compartimos el lanzamiento de esta obra con el que se cierra una etapa de elaboración de más de cuatro años.

Capital natural de México surge como un compromiso ante la Convención de Diversidad Biológica de realizar el segundo estudio de país sobre la biodiversidad. Para llevarlo a cabo, el Dr. José Sarukhán convocó y lideró a 748 expertos vinculados a la biodiversidad y pertenecientes a 220 instituciones quienes, después de decenas de reuniones, revisiones y millares de horas invertidas, produjimos las más de mil 800 páginas de los tres volúmenes presentados. Además, elaboramos una síntesis dirigida a quienes toman decisiones sobre la conservación, uso y restauración de la biodiversidad nacional, tanto del sector gubernamental como del social y privado.

Esta obra está inspirada en el marco conceptual de la Evaluación del Milenio sobre los Ecosistemas (MEA por sus siglas en inglés), aparecida en 2005 y desarrollada por un consorcio de organizaciones internacionales. MEA se convirtió en un referente obligado en la agenda ambiental internacional. México es hoy el primer país en realizar su evaluación a nivel nacional.

El primer volumen aborda el estado del conocimiento sobre la biodiversidad nacional, el segundo analiza el estado de conservación y las tendencias de cambio de la biodiversidad y los ecosistemas y el tercero describe y evalúa las políticas públicas históricas de uso de la biodiversidad y las perspectivas de sustentabilidad ambiental.

No se trata de una agenda, ni de un listado de recomendaciones. Es la evaluación de lo que se conoce sobre biodiversidad en México, del estado en que se encuentra y de las causas que han provocado un severo deterioro. De estos tres volúmenes se desprenden lecciones que sugieren orientaciones para prevenir problemas.

El propio nombre de la obra es sugestivo de su enfoque. Ésta no se restringe sólo al ámbito biológico sino que también incluye la perspectiva económica y social de la conservación y uso de la biodiversidad. La plena incorporación del capital natural en las políticas de desarrollo -junto con el capital social y económico- constituye la oportunidad de lograr un desarrollo diferente, equitativo, duradero, justo y respetuoso del medio ambiente. Además, esta evaluación logra rebasar el nivel de diagnóstico de los problemas para ser propositiva y señalar soluciones viables para el corto, mediano y largo plazos.

Se trata de una verdadera obra colectiva que refleja las capacidades nacionales para hacer una evaluación de nuestra realidad ambiental y reflexionar sobre el futuro. Sería muy lamentable que esta evaluación permaneciera encerrada en sus tres volúmenes y en la síntesis. Toca ahora a la sociedad y al gobierno apropiarse de ella, asimilar su contenido y aplicar las orientaciones. Su alcance no sólo incluye al gobierno responsable de las políticas nacionales, sino que se extiende también a los gobiernos locales; contribuye a definir una agenda legislativa; permite orientar a las organizaciones sociales locales en su quehacer cotidiano; proporciona opciones productivas, viables y sustentables, que han demostrado ser exitosas pero que permanecen marginales y que, no obstante, pueden ser una opción de inversión, reconversión y diversificación productiva para los dueños de la tierra o los legítimos poseedores de los recursos naturales; constituye un material inagotable para la enseñanza y capacitación en esta materia; se desprenden de ella prioridades para la investigación y desarrollo tecnológico; ofrece nuevos enfoques para analizar los temas de la biodiversidad nacional; resalta la urgencia de valorarla, entre otros alcances.

Es muy significativo que una comunidad de expertos sistematice y analice el conocimiento para proponer orientaciones y, en un lenguaje llano como el de la síntesis, las ponga al alcance de la sociedad y del gobierno para actuar en consecuencia.

Capital natural de México ofrece un horizonte de largo plazo para el desarrollo sustentable del país, está basada en la información científica más actualizada, está construida mediante un proceso participativo y de consensos sin precedentes, tiene todo para convertirse en el sustento de una política de Estado para la conservación y uso de la biodiversidad que no esté sujeta a los vaivenes sexenales y que trascienda a las coyunturas políticas.

Esta obra debe constituirse en un referente obligado en la agenda nacional. No puede desperdiciarse la oportunidad de corregir el rumbo. Aun cuando a lo largo de la historia mucho de nuestro capital natural se ha perdido, éste sigue siendo muy rico y representa una gran oportunidad para el desarrollo sustentable. En México no se está haciendo todo lo que se puede y se debe para corregir el rumbo. Ya no hay pretextos por falta de información, ahora, es urgente la acción.