Falta dar otro paso

Julia

 

Falta dar otro paso

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  06 de marzo 2008

México ha avanzado de manera responsable para atender los compromisos multilaterales adquiridos en cuanto al tema del cambio climático, pero le falta dar otro paso, aún más importante, para convertirlo en una política pública nacional y, con ello, atender las causas y los efectos de este tema en el ámbito nacional.

México contribuye con 1.5 por ciento de las emisiones mundiales de gases efecto invernadero (GEI) causantes del cambio climático, lo cual lo sitúa como el productor mundial número 13. Las principales fuentes de emisión son la generación y consumo de energía (61 por ciento) y acciones derivadas del cambio y uso del suelo, sobre todo, la quema de la cubierta vegetal (14 por ciento).

Estas emisiones no sólo son considerables en cuanto a la contribución global del cambio climático sino que, además, y sobre todo, constituyen un severo problema nacional porque generan contaminación atmosférica que perjudica la salud de la población humana y de los ecosistemas y, porque son producto de la deforestación de los ecosistemas naturales.

Por ello, incorporar el tema del cambio climático en la agenda del desarrollo de México no sólo significa el cumplimiento de nuestra responsabilidad frente a las demás naciones, sino que es una obligación nacional ante las generaciones presentes de mexicanos y, sobre todo, ante las futuras, a fin de conservar nuestro patrimonio natural y mejorar la calidad de vida.

México no forma parte del grupo de países del Anexo I, es decir, de aquellos que tienen el compromiso de reducir las emisiones de GEI, ya que no pertenecía a la OCDE en 1992, año en que se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Sin embargo, el gobierno mexicano ha atendido este tema con seriedad y responsabilidad.

México firmó en 1992 la Convención; en 1997 el Protocolo de Kioto, ratificado por el Senado de la República en 2000; es el único país en vías de desarrollo que ha presentado tres comunicaciones nacionales y tres inventarios nacionales de emisiones de GEI, compromiso de la Convención. Además, en 1999 dio a conocer el Programa de Acción Climática y, el año pasado, la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC).

La ENCC es una estrategia de gran importancia cuyo objetivo es reducir emisiones y mitigar el cambio climático. Como ningún otro planteamiento hasta la fecha, la ENCC pretende integrar las políticas de todos aquellos sectores involucrados en el tema del cambio climático desde las perspectivas económica, social y ambiental.

Sin embargo, para lograr el cumplimiento de los objetivos mencionados la ENCC no es suficiente. Aún queda por avanzar en la construcción de una verdadera política pública que considere, al menos, los siguientes ejes rectores: 1. El tema del cambio climático debe ser considerado de seguridad nacional, ya que está relacionado con la economía del país, con la pérdida del capital natural, con la producción de alimentos, con la disponibilidad de agua, con los desastres naturales, con la seguridad de la población que vive en sitios de riesgo, con la salud, entre otros.

2. Es un tema que no debe ser atendido sólo por el sector ambiental; se requiere el involucramiento responsable y comprometido de todos los sectores, pues todos contribuyen a su generación y atención (sector energético, agropecuario, de comunicaciones y transportes, de economía, salud y educación y, por supuesto, financiero).

3. El tema rebasa a la acción exclusiva del gobierno y, por tanto, sin restar la responsabilidad que éste tiene, requiere el involucramiento de la sociedad.

Si bien es cierto que con esta lógica se creó la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC) en 2005, con la finalidad de coordinar entre las secretarías de Estado las agendas vinculadas con la acción climática, dicha comisión no tiene hoy la fuerza política para concretar los compromisos y realizar el monitoreo y evaluación de su cumplimiento. A la CICC ya no asisten sus titulares.

Para avanzar está faltando dar otro paso que es el de concretar el Programa Especial de Cambio Climático, en el que se definan las metas específicas de cada sector, los tiempos para cumplirlas, las instancias responsables, los recursos económicos necesarios y los mecanismos de seguimiento y evaluación.

La construcción de este programa debe ser un proceso ampliamente discutido, no sólo en el ámbito gubernamental sino también en el seno de la sociedad, como ocurre con otros temas en México. Existe el Consejo Consultivo de Cambio Climático quien, junto con el Congreso de la Unión, podría conducir este proceso de construcción de consensos.

Además, lograr este propósito de gran envergadura nacional requiere obligadamente del involucramiento directo y permanente del presidente de la República y del gabinete para que todos los sectores alineen sus políticas en una misma dirección, se asignen los recursos económicos necesarios y se avance a la velocidad que el tema exige.