La Estación Chajul, 20 años

Julia

 

La Estación Chajul, 20 años

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  28 de noviembre 2009

Hace 30 años, impresionaba el contraste de la belleza de la espesura de la selva chiapaneca frente a las masivas deforestaciones tabasqueñas y veracruzanas. Iniciaba el devastador desarrollo del trópico húmedo y la inmigración a la región de miles de familias campesinas provenientes de toda la República. Pronto la inmigración alcanzó a la parte más sureña de la Selva Lacandona, la región del Marqués de Comillas. Los primeros pobladores llegaron en avionetas que aterrizaban en los playones de arena del río Lacantún. En esos años, un grupo de expertos en mariposas, la familia De la Maza, intuyendo que, por las características biogeográficas de esa región, la diversidad de la zona debía ser única, se trasladó al lugar para estudiarlo. Tenían razón, las investigaciones de Javier de la Maza durante 10 años demostraron que esta área alberga 50% de todas las mariposas diurnas de México, las cuales representan 90% de las especies conocidas en el trópico húmedo mexicano.

La galopante deforestación debida a la colonización inducida por el gobierno no se limitaba a la zona del Marqués de Comillas, sino que, por tratarse de ricas tierras de vega a la orilla del río, se extendió a la margen del Lacantún correspondiente a la recién creada Reserva de la Biosfera Montes Azules, propiedad, en su mayoría, de la Comunidad Lacandona.

Ante la amenaza de destrucción de la reserva, Javier de la Maza decidió que la conservación de esa reserva sería su proyecto de vida, y lo ha sido. Fue así que, cuando trabajó en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología en 1984, y en acuerdo con la Comunidad Lacandona, promovió la construcción de una estación de campo en la reserva con el fin de establecer, por primera vez, una presencia permanente para la defensa de un área natural protegida. La estación no llegó a operar debido a problemas burocráticos y pronto fue abandonada. En 1989, no trabajando ya para el gobierno, y con recursos de diferentes organizaciones no gubernamentales y fundaciones, reconstruyó la estación y, junto con los lacandones, acordó con los ejidatarios la desocupación de las tierras que no les pertenecían dentro de la reserva. Ése fue el primer gran logro desde la Estación Chajul.

Hoy la Estación Chajul constituye un enclave para la conservación de la reserva. Las imágenes de satélite dan fe de ello. La Selva Lacandona ha perdido, en los últimos 30 años, tres cuartas partes de su cobertura original. Sólo quedan los ecosistemas naturales de sus seis áreas naturales protegidas.

No ha sido tarea fácil mantener la Estación Chajul operando durante 20 años ininterrumpidos. La búsqueda de recursos económicos para su operación y para la realización de proyectos de investigación y de fomento para el desarrollo sustentable se convierte, año con año, en un tortuoso y complejo desafío.

La Estación Chajul ha sido un bastión fundamental para la búsqueda de soluciones a los problemas de las invasiones en la Reserva de la Biosfera Montes Azules, así como para controlar la cacería, tala y pesca ilegales y combatir los incendios forestales. Por ello, la estación y quienes trabajamos en ella, nos hemos hecho de numerosos enemigos a quienes esta presencia estorba para materializar sus ilícitos y, al mismo tiempo, pretenden, mediante difamaciones, desacreditar la labor de la estación presentándola como un sitio de saqueo de recursos naturales. Nada más lejos de la realidad.

Durante sus 20 años de vida, la Estación Chajul ha sido: el laboratorio natural de cientos de científicos y estudiantes y un centro de capacitación de centenas de ejidatarios, comuneros y profesionistas dedicados a la conservación, el manejo y la restauración de los ecosistemas naturales; la extensión de la escuela de cientos de niños de las comunidades vecinas; un espacio de deliberación abierta entre las autoridades de los distintos órdenes de gobierno y los legisladores con los habitantes de las comunidades vecinas y los dueños de la tierra para resolver sus conflictos y mejorar sus condiciones de vida. Asimismo, desde la estación se han promovido proyectos productivos exitosos para el desarrollo sustentable en la región, se ha contribuido al monitoreo y alerta temprana de las amenazas de la reserva y se ha difundido, en México y en el mundo, la importancia de este valioso y único espacio del territorio nacional.

La Estación Chajul ha creado capacidades humanas e institucionales para la conservación del patrimonio natural más importante del país. Sus trabajadores, habitantes de las comunidades vecinas, muchos de ellos con más de 15 años de antigüedad, cuentan con una capacitación inigualable y están plenamente comprometidos con la conservación de la selva.

Por todo lo anterior, y por su vigésimo aniversario, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de Semarnat entregó ayer, para la Estación Chajul, un "Reconocimiento Especial a la Conservación de la Naturaleza". Enhorabuena.