Manejo de bosques nativos

Julia

 

Manejo de bosques nativos

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  13 de septiembre 2014

México está obligado a proteger su patrimonio natural ante las presiones económicas y de nueva infraestructura que no respetan criterios ambientales. Para ello, en las últimas dos décadas, se constituyeron instituciones, promulgaron leyes, crearon programas y aplicaron instrumentos que han tendido, con altibajos, a conservar y manejar de manera sustentable la riqueza natural del país. Pero no están siendo suficientemente eficientes ni eficaces para contrarrestar las crecientes amenazas.

Para conservar espacios geográficos prioritarios por su alta biodiversidad, la mejor opción siguen siendo las áreas naturales protegidas; aunque algunas padecen severas amenazas, están cumpliendo su función y muchos estudios lo demuestran. Sin embargo, no todo el territorio que aún posee ecosistemas naturales puede incorporarse a este régimen jurídico de protección. Muchos ecosistemas, sobre todo los que están mayoritariamente ocupados por poblaciones campesinas e indígenas, contienen recursos naturales que deben constituir la base de desarrollo y bienestar social de sus dueños.

En varios estados de la República se ha demostrado que la intervención de los ecosistemas naturales con buenas prácticas de aprovechamiento de los recursos naturales y con la organización de las comunidades poseedoras de los terrenos arroja resultados, social, económica y ambientalmente, muy positivos. Es el caso de la silvicultura, es decir, del manejo de bosques nativos, cuando se realiza sustentablemente y por las propias comunidades.

Para la atención de estos ecosistemas, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) dio a conocer, en 2013, la "Estrategia Nacional de Manejo Forestal Sustentable para el Incremento de la Producción y Productividad 2013-2018", que pretende, a través de la organización y fortalecimiento de los productores, así como mediante estrategias de modernización, financiamiento y comercialización, incrementar la producción forestal maderable, conservar la biodiversidad y mejorar las condiciones de vida de las comunidades. Esta Estrategia es producto de un largo e intenso proceso de análisis de la situación forestal con la participación de las organizaciones de productores y de la sociedad y se nutre de experiencias exitosas de las últimas dos décadas.

Algunos avances importantes se registran en estas metas gracias a los apoyos directos y mecanismos de acceso al crédito a comunidades o empresas forestales campesinas para, por ejemplo, modernizarse, elaborar o modificar sus programas de manejo forestal, obtener el certificado de manejo sustentable; o bien en la constitución de nuevas empresas, su capacitación e integración en cadenas que incorporen valor agregado, tal y como se explica en la glosa del Segundo Informe de Gobierno.

No obstante, preocupa que el gobierno federal no empuje con decisión su propia Estrategia. En cambio, impulsa con mayor ímpetu la reforestación (como en todos los sexenios) y las plantaciones comerciales, ambas medidas de reversión del deterioro, las cuales, aunque indispensables, no pueden ser más urgentes que la atención al manejo de bosques nativos del sector social, lo cual previene el deterioro del capital natural. En este sentido, preocupa también la declaración del director general de Conafor, a inicios del mes de agosto, al decir que la mejor manera de impulsar la competitividad en el sector es dejar de lado los subsidios para las comunidades que habitan en los bosques y plantear una política de inversión productiva que tenga una recuperación económica.

¿Por qué los millonarios subsidios que el gobierno invierte en los campesinos que se dedican a la agricultura y ganadería son aceptados social y políticamente y los muy escasos que se destinan al manejo sustentable de los bosques nativos, que generan empleos e ingresos para uno de los sectores más pobres del país, se cuestionan? ¿Por qué estos apoyos se miden sólo con indicadores económicos que no reflejan la realidad social del campo mexicano ni incluyen el valor ambiental de la conservación de la biodiversidad?

Los campesinos dueños de la riqueza forestal nacional pueden mejorar su calidad de vida al mismo tiempo que conservar los recursos naturales mediante el uso sustentable de sus bosques. Pero, desde luego, para ello necesitan apoyos, y muchos. Lejos de tirar el dinero, se estará invirtiendo para la superación de la pobreza y para la conservación del patrimonio natural nacional. ¿Alguna duda de que estos dos propósitos deben estar en la más alta prioridad de la agenda nacional?

Fuente: Hemeroteca