Omisiones del Pacto

Julia

 

Omisiones del Pacto

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  22 de diciembre 2012

Los cinco acuerdos y noventa y cinco compromisos que se establecen en el Pacto por México constituyen un piso común de entendimiento entre el Presidente de la República y las tres principales fuerzas políticas del país sobre temas de alta prioridad en la agenda nacional: una sociedad de derechos y libertades; el crecimiento económico, el empleo y la competitividad; la seguridad y la justicia; la transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción; y la gobernabilidad democrática.

Es importante resaltar que varios de los compromisos establecidos han sido demandados, desde hace mucho tiempo, por amplios sectores de la sociedad y que, ahora, los han hecho suyos los firmantes del Pacto. Lamentablemente, no se puede decir lo mismo sobre un tema de la mayor urgencia para el siglo XXI: el desarrollo sustentable. Durante más de dos décadas múltiples sectores de la sociedad, tanto mexicana como internacional, incluso las Naciones Unidas, han instado a los gobiernos y a las sociedades sobre la imperiosa necesidad de reorientar el rumbo del desarrollo para lograr la equidad social, la superación de la pobreza, y hacerlo dentro los límites que exigen la renovabilidad de la naturaleza y el uso sustentable del capital natural. No obstante, el tratamiento que el Pacto da al desarrollo sustentable es inadecuado y éste aparece insertado con calzador.

El desarrollo sustentable no es un tema que pueda reducirse a lo ambiental; es la forma como debe conducirse el desarrollo de la nación, incluyendo sus componentes sociales, económicos y ambientales. Por ello, éste debió haber sido un posicionamiento general. Sin embargo, en el Pacto se reduce a uno de los 12 incisos del segundo acuerdo, el del crecimiento económico, el empleo y la competitividad y, si bien tiene vinculación con estos temas, el desarrollo sustentable significa mucho más que eso. Más aún, los cinco compromisos de este inciso no son los más relevantes para transitar hacia el desarrollo sustentable.

Se reconoce que: "El cambio climático es un reto global que se debe enfrentar con responsabilidad y realismo" pero el compromiso se limita a impulsar "la inversión para la investigación y el desarrollo de proyectos de energías a partir de fuentes renovables, como la energía solar y la eólica". Se queda mucho más corto de lo ya avanzado en el Programa Especial de Cambio Climático y en la Ley General de Cambio Climático. Efectivamente, el impulso a la investigación es indispensable, pero no es suficiente para cumplir las metas nacionales comprometidas.

Se señala que el futuro del agua "depende de su manejo inteligente y sustentable", aunque el compromiso establecido en el Pacto se limita a "un programa para el impulso de la infraestructura para la captación y el almacenamiento del agua pluvial", a la conclusión de "obras de control de inundaciones en diversos estados del país", al incremento de "las coberturas de agua, drenaje y tratamiento", a la "revisión y rehabilitación de 115 presas con alto riesgo", a la inspección "de 5,000 km de bordos", al impulso de "fuentes de abastecimiento con plantas desalinizadoras". Reaparece el énfasis en que los problemas del agua se solucionan con infraestructura y se pierde el enfoque del manejo de cuencas, del control de la explotación de los acuíferos, de la mejora de la calidad del agua, del cuidado de los cuerpos de agua y de los espacios naturales vinculados para el buen funcionamiento del ciclo hidrológico, entre muchos otros aspectos; es decir, desapareció el enfoque de la sustentabilidad en el manejo y cuidado del agua.

El último compromiso en esta materia se refiere a crear "un programa para aumentar la infraestructura para recolectar, separar, reciclar y aprovechar el potencial de los residuos en todo el país", lo cual, por supuesto, es necesario.

El Pacto no incluye la sustentabilidad ambiental en los demás temas productivos que aborda como son la reforma energética (se centra en hidrocarburos), la explotación minera o la producción de alimentos. Tampoco hay un solo planteamiento sobre la pesca y el uso forestal sustentables.

Afortunadamente se acepta que: "El cuidado de las aguas y los bosques requiere la transformación de los esquemas de subsidios en las zonas de menor viabilidad agrícola, para reorientarlos al cuidado y recuperación de bosques y cuerpos de agua, fortaleciendo el esquema de pagos por servicios ambientales", lo cual es deseable que se concrete muy pronto para dar continuidad a la conservación de millones de hectáreas de ecosistemas naturales.

Sorprende y preocupa que no haya mención alguna a la conservación y al uso de la biodiversidad. Mientras que se dedica un apartado a la protección del patrimonio cultural, lo cual se celebra, no hay ninguna referencia a la protección del patrimonio natural.

Me sumo a los buenos deseos para que el Pacto sea exitoso, por el bien de todos. Sin embargo, se ha perdido una gran oportunidad para comprometerse con el desarrollo sustentable. Esperemos que el Plan Nacional de Desarrollo subsane esta impostergable omisión.

Fuente: Hemeroteca