Agua para el Río Colorado
Agua para el Río Colorado
Julia Carabias Lillo || Reforma || 29 de marzo 2014
El domingo pasado ocurrió un evento sin precedentes en México que, además, constituye uno de los muy pocos ejemplos a nivel mundial: las compuertas de la presa Morelos se abrieron para dejar que un flujo continuo de agua regrese, después de casi 50 años, al Delta del Río Colorado.
El Río Colorado nace en las Montañas Rocallosas de Estados Unidos y desemboca en el Golfo de California. Es uno de los ríos más represados del mundo por lo que el agua que llega cuenca abajo es prácticamente nula. Cuando EU construyó sus presas, estableció cuotas de dotación para cada uno de los siete estados de la unión americana a los que abastece esta cuenca; sin embargo, no consideró a México que se ubica en la parte baja de la misma.
Después de muchas protestas y negociaciones durante la primera mitad del siglo XX se firmó, en 1944, el Tratado de Aguas entre México y Estados Unidos y se constituyó la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). Mediante este Tratado se definió que EU entregaría 1850 millones de metros cúbicos de agua anuales a México y se estableció que esta dotación sería para Baja California y Sonora, esencialmente para los agricultores de Mexicali y las ciudades de Mexicali y Tijuana. No obstante, se olvidaron de los principales usuarios del agua: el río, sus ecosistemas y los acuíferos que alimenta.
Al paso de los años la parte baja de la cuenca se fue secando, los humedales del delta desaparecieron y los acuíferos, presionados por las ciudades de Mexicali y Tijuana entre otras, se sobreexplotaron. Hay que subrayar que en la desembocadura del Río Colorado se estableció la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, por la importancia de la diversidad marina y dulceacuícola de la región. Sin embargo, la falta de agua dulce fue deteriorando todos los humedales.
El Tratado se ha revisado año con año en la CILA para atender los múltiples y complejos factores que van surgiendo: salinización, sequías, avenidas de agua, insuficiencia de agua, entre muchos otros y los acuerdos se plasman en las llamadas Actas.
El uso del agua dotada a México es muy ineficiente, tanto por la obsoleta infraestructura de riego agrícola como por el desperdicio en las ciudades. Por ello, en los últimos años, se han analizado, en el seno del Tratado, diversos mecanismos para hacer un uso más eficiente del agua. En noviembre de 2012 se lograron acuerdos muy significativos suscritos en el Acta 319. Uno de ellos, fue reconocer que los ecosistemas acuáticos deben también recibir una asignación de agua para su restauración. Ésta es una clara implementación del uso ambiental del agua que está definido en la Ley de Aguas Nacionales pero que, desafortunadamente, no se aplica en el país.
Por el momento al Delta del Río Colorado se van a verter, del 23 de marzo al 18 de mayo, 130 millones de metros cúbicos, por encima del volumen pactado en el Tratado. Aunque dicho volumen sólo representa una pequeña proporción del cauce original, es muy importante porque: se reconoce a los ecosistemas como usuarios; se conectará, después de 50 años, al Río Colorado con el Golfo de California; se rehabilitarán varios humedales; y se recargarán parcialmente los acuíferos sobreexplotados de esta zona.
El Acta 319 tiene una vigencia de cinco años, periodo que servirá para llevar a cabo investigaciones que evalúen el impacto de la acción y, a partir de la información, se elaborará un plan de manejo sustentable del agua en el largo plazo.
Otro beneficio del Acta 319 es que, durante los próximos cuatro años, EU acepta almacenar el agua que por alguna razón no llegara a ser utilizada por México, lo cual fomentará mecanismos eficientes del uso del agua. De esta forma, sin afectar las dotaciones establecidas para los agricultores y para las ciudades, el agua que a futuro se ahorre, gracias a la mejora de la infraestructura, podrá destinarse al incremento del flujo del Río Colorado para continuar su restauración.
Vale la pena destacar dos hechos muy significativos en la negociación de este complejo proceso; por un lado, la participación y compromiso de la sociedad civil y, por el otro, el reconocimiento del gobierno de que, con la sociedad organizada y responsable se alcanzaron estos acuerdos de enorme trascendencia nacional e internacional, que pueden convertirse en un ejemplo de la compatibilidad del manejo integral sustentable del agua y la conservación de los ecosistemas naturales, así como de la cooperación binacional.
Fuente: Hemeroteca
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