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Construcción de acuerdos

Julia

 

Construcción de acuerdos

 Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  27 de noviembre 2010

Fallo, luchador por la democracia y por la educación de los jóvenes, te fuiste muy temprano; nos dejas un vacío.

Después de un largo proceso preparatorio durante todo el año, finalmente el próximo lunes 29 iniciarán, en Cancún, la 16 Conferencia de las Partes (COP16) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y la 6 Reunión del Protocolo de Kioto.

No serán reuniones fáciles. El proceso para construir acuerdos sobre el cambio climático que afecta al funcionamiento de la atmósfera, a la vida en el planeta y al desarrollo de la humanidad ha sido uno de los más complejos que la ONU ha conducido. Incluso, en diversas ocasiones se ha insistido en la necesidad de "una transformación radical, una nueva revolución industrial". Sería ingenuo pensar que la COP16 logrará todos los acuerdos globales necesarios para resolver este grave problema; sin embargo, debemos apostar a que la reunión concluya con algunos de ellos y con una ruta crítica muy clara para que en 2012, fecha en que termina una parte de las metas del Protocolo de Kioto, las naciones estén preparadas para adoptar una nueva generación de compromisos que vayan más allá de dicho Protocolo. Por ello, se debe entender a la COP16 como parte de un proceso de negociación que se prolongará varios años; sin pedir más, pero tampoco aceptar menos.

A continuación expongo cuatro de las conclusiones más relevantes a las que se llegó en una reunión de análisis organizada por la División de Ciencias de la Comunicación y Diseño de la UAM-Cuajimalpa, por el Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente y por el Instituto Nacional de Ecología, en la que participaron expertos de diferentes sectores, y que resultan pertinentes para este momento.

1. La COP16 debe refrendar la necesidad de que los países hagan un aporte concreto a la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para evitar que la superficie terrestre incremente su temperatura más allá de 2 grados centígrados; aun cuando la mayoría de los países se muestra renuente, será necesario el establecimiento de cuotas de emisiones.

2. Se requiere recuperar la confianza, las negociaciones internacionales y fortalecer el marco de cooperación multilateral. Se debe reconocer la vigencia del Protocolo de Kioto, instrumento vinculante y multilateral de la Convención, y aceptar que todos los países, bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, deben involucrarse en la solución del problema. Las negociaciones se deben mantener en el seno de la ONU, en donde todas las naciones están representadas por igual, y no derivar en acuerdos paralelos.

3. Se necesita establecer plazos y condiciones para concretar las transferencias financieras y los apoyos tecnológicos acordados en la COP15 con el fin de contribuir al financiamiento de la mitigación y la adaptación en los países en desarrollo.

4. Se debe adoptar, como acuerdo multilateral dentro de la Convención, el mecanismo de reducción de emisiones por deforestación evitada (conocido como REDD) y no conformarse con acuerdos paralelos entre grupos de países. Este mecanismo tiene una importancia mayúscula, ya que vincula los dos principales problemas globales que enfrenta la humanidad: el cambio climático y la pérdida de diversidad biológica. La COP16 no puede dejar pasar esta oportunidad.

México tiene una gran responsabilidad en esta COP. Una buena gestión de las negociaciones será crucial para los resultados finales. Es evidente que sin la voluntad de los principales actores del problema, Estados Unidos, China, la Unión Europea, Brasil, Indonesia, la Federación Rusa, India y Japón -países que en conjunto generan 70 por ciento de los GEI-, no habrá avances; pero si se falla en la conducción de las negociaciones y no se propicia un ambiente de respeto y de premura en cuanto a la solución de los problemas, tampoco se lograrán los consensos necesarios para estar listos en 2012.

Además, México, siendo el país sede, debe aprovechar el momento para dar a conocer en el ámbito internacional los compromisos de mitigación y adaptación que ha adoptado el gobierno federal mediante el Programa Especial de Cambio Climático (PECC), los cuales rebasan sus obligaciones dentro del Protocolo de Kioto. Pero sobre todo, debe movilizar a la opinión pública nacional para que el tema penetre, con información veraz y sustentada, en la conciencia social y se construyan las condiciones necesarias a fin de sumar a todos los sectores a este reto, sobre todo al sector privado que no ha asumido su responsabilidad en esta tarea. La amplia difusión del PECC en esta coyuntura posibilitará renovar los aires con el objeto de que, durante los próximos dos años, el Programa cumpla sus metas.

Aunque el eje articulador del PECC es el cambio climático, el conjunto de sus metas constituye una verdadera agenda de desarrollo sustentable. Ello permitirá que la política de cambio climático trascienda los sexenios y se convierta en una política de Estado.

Fuente: Hemeroteca

 

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