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¿Qué esperar de la COP 17?

Julia

 

¿Qué esperar de la COP 17?

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  26 de noviembre 2011

El próximo lunes 28 de noviembre iniciará en Durban, Sudáfrica, la 17 Conferencia de las Partes (COP 17) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Como se ha dicho en numerosas ocasiones, debido al término de la primera fase del Protocolo de Kioto en 2012, es necesaria la construcción de un acuerdo multilateral que establezca una nueva generación de compromisos vinculantes para evitar que el aumento de la temperatura media de la superficie de la tierra exceda los 2°C, tal como se comprometieron en Cancún tanto los países industrializados como los países en desarrollo.

Es ampliamente reconocido que la primera fase del Protocolo de Kioto no se cumplirá. Los países del Anexo I (países desarrollados y con economías en transición) no reducirán las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) en un promedio de 5.2% respecto a 1990 para el periodo 2008-2012 como se estableció en el Protocolo. Peor aún, las emisiones generadas por todos los países aumentaron más de 40% entre 1990 y 2009, con una tasa de crecimiento tres veces más rápida a partir del año 2000 comparada con la tasa de la década de los noventa.

A Durban se llega con gran desesperanza debido a que los avances durante este año para concretar los acuerdos de Cancún son muy magros y el financiamiento comprometido no ha fluido (30 mil millones de dólares para 2011 y 2012). En contraste, los avances de los impactos del cambio climático son evidentes: incremento de sequías, inundaciones, deshielo de los polos, pérdida de cosechas, hambrunas, desplazamiento de gente, entre muchas otras calamidades que están ocurriendo con tan sólo un grado centígrado de incremento de la temperatura.

Es necesario que en Durban se progrese en los compromisos que deben establecer los países, mediante un acuerdo renovado que conduzca a la reducción de emisiones, el cual debe extenderse a todas las naciones sin violentar el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas. En este sentido, es de aplaudir la posición que México llevará de promover la construcción de un acuerdo vinculante para todos.

Uno de los logros de la COP 16 en Cancún fue la aceptación del Fondo Climático Verde como un esquema financiero multilateral dirigido a la implementación de acciones de mitigación y adaptación a este inevitable fenómeno antropogénico, particularmente en los países más vulnerables, así como al desarrollo de mecanismos que faciliten el tránsito hacia una economía de bajo consumo de carbón. En Cancún se constituyó un comité de 40 miembros encargado del diseño de dicho Fondo, el cual, después de numerosas negociaciones, presentará en Durban un documento borrador. Lamentablemente, este documento no obtuvo el consenso; nuevamente Estados Unidos y Arabia Saudita son las voces disonantes. La COP 17 deberá acordar varios puntos cruciales del Fondo Climático Verde como son: el monto de recursos económicos, las fuentes de financiamiento y la forma de manejarlos. Entre los puntos de desacuerdo destaca la posición ante el involucramiento del sector privado y la forma de acceder a los recursos económicos.

Otro tema de la agenda de la COP 17 es el de REDD+. En Cancún se logró adoptar los términos de funcionamiento del mecanismo de reducción de emisiones debido a la deforestación y la degradación de suelos (REDD+), el cual, además de contribuir a la mitigación del cambio climático ayudará a disminuir la pérdida de biodiversidad. El grupo encargado de concretar este mecanismo ha trabajado de manera muy responsable y sus avances son significativos, sobre todo en la construcción de la base técnica que soporte las difíciles decisiones de la implementación del mecanismo. No obstante, quedan muchos temas pendientes que deben avanzarse en la COP 17, entre ellos, los aspectos de monitorio y las llamadas salvaguardas que tienen que ver con la coherencia entre las políticas nacionales y los objetivos de REDD+, las preocupaciones de las comunidades indígenas, los mecanismos para evitar impactos en la biodiversidad y en los bosques naturales, entre otras. El tema estancado es, de nuevo, el financiamiento; no se tiene definición sobre las fuentes de financiamiento ni sobre la relación entre este mecanismo y el Fondo Climático Verde.

La COP 17 no puede retroceder con respecto a la COP 16. En Cancún se recuperó la confianza en las negociaciones multilaterales y no debe volverse a perder. Quedó claro que tiene que ser en el seno de las Naciones Unidas en donde se gesten los acuerdos multilaterales para enfrentar colectivamente el cambio climático. La presidencia de la COP 17 necesitará mucha habilidad y diplomacia para mantener el alto estándar que puso la presidencia mexicana en Cancún y ha de garantizar, por el bien global, no mezclar la posición de su país con la conducción de la COP. Ojalá las expectativas vuelvan a superarse. Los negociadores no tienen el derecho de trabar acuerdos que competen a toda la humanidad. No hay tiempo que perder; si no resolvemos este reto como sociedad, la naturaleza se encargará de ajustar las cuentas.

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