Un reporte más del IPCC
Un reporte más del IPCC
José Sarukhán Kermez ǀǀ El Universal ǀǀ 04 de abril de 2014
El último día de marzo pasado, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) presentó el quinto informe de su grupo de trabajo II, titulado Cambio Climático 2014:
Impactos, adaptación y vulnerabilidad que fue escrito por unos 750 autores y revisado por más de mil 720 expertos académicos y miembros de gobiernos. Como todos los documentos producidos por el IPCC, la realidad presentada por los datos científicos debidamente valorados se diluye por las presiones y agendas de los diferentes gobiernos representados en el Panel Intergubernamental: se termina con “consensos” ubicados en el mínimo común denominador de la aceptabilidad de las conclusiones. El doctor Christopher Field, co‐presidente del grupo de trabajo y buen amigo mío, mencionó en la rueda de prensa que “ningún autor está contento porque el reporte no dice todo lo que ellos quieren, el texto se negocia y aprueba palabra por palabra por representantes gubernamentales”. Aun así, este reporte es suficientemente fuerte en sus conclusiones para no dejar a un lado el hecho de que los principales países emisores de GEIs no están haciendo ni cercanamente lo que deberían frente a la magnitud de los problemas, las amenazas y los riesgos para la humanidad.
El reporte identifica el grado de vulnerabilidad de la gente, de industrias y de ecosistemas en el mundo y encuentra que el grado de riesgo para una población es una combinación de vulnerabilidad (falta de preparación), exposición a condiciones de riesgo y de la incidencia de eventos extremos resultantes del cambio climático. También se reporta que ya hay evidencia clara de los impactos del calentamiento de la atmósfera en la agricultura y que los riesgos para esta actividad son profundos; varios estudios demuestran impactos de importancia en la productividad agrícola para fines del siglo con reducciones del orden de 25% o más y que las plantas cultivadas de la Revolución Verde resultan ser más vulnerables al CC; se hace notar, además, que estas pérdidas en la seguridad alimentaria ocurren no solo en los sistemas terrestres sino también en los marinos. Hay igualmente efectos serios sobre la salud humana, los ecosistemas terrestres y marinos y la disponibilidad de agua.
Se argumenta que la adaptación al CC puede jugar un papel central en disminuir los riesgos; desafortunadamente el enfoque de adaptación es fundamentalmente de índole de infraestructura y de situación geográfica; sin embargo, el doctor Field, menciona que “con los niveles tan elevados de calentamiento por las tasas de emisión de GEI, los riesgos serán complicados de encarar e incluso esfuerzos de adaptación serios y costosos se verán limitados e ineficaces”.
Una conclusión que me pareció particularmente acertada es que las rutas de acción que son resilientes ante el CC dependen de la mitigación de las emisiones, de manera que la capacidad de adaptación depende del éxito de las acciones de mitigación.
A diferencia del anterior reporte de este grupo, donde se decía que alrededor del 30% de las especies del planeta estaban en riesgo de extinción, el actual reporta frasea esta declaración diciendo que “una muy grande fracción (de las especies) están en riesgo por el CC, combinado con otras fuentes de estrés como la deforestación y la sobreexplotación de recursos naturales”. A cuestionamientos de los reporteros en la rueda de prensa acerca de cómo se explicaba que haya habido una “pausa” en el calentamiento global en los últimos 15 años, Field contestó que si se considera el fenómeno desde el punto de vista del sistema global, no hay tal ”pausa”: hay una reducción en el proceso de calentamiento del aire superficial sobre los continentes, pero que los últimos 13 años más calientes en la superficie del mar han ocurrido desde el 2000.
Quienes tengan interés en el documento pueden revisar el resumen en http:/1.usa.gov/1hR6qr1. Un tema que es consistente a lo largo del reporte es que la adaptación es muy importante; pero los esfuerzos hacia este objetivo deben ser bien pensados y no sólo dependientes de cambios en infraestructura física. La adaptación basada en el aprovechamiento de una serie de características de la biodiversidad es en especial importante, y es a este tema al que prestaré atención en mi siguiente entrega.
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