Autoridades agrarias engañan al presidente, denuncian lacandones
Arturo Ramos Ortiz, La Crónica de Hoy, 8 de octubre 2019.
La Procuraduría promueve la idea de que la remoción de autoridades y la elección de otras está haciéndose con el beneplácito lacandón: “Es mentira, le hace creer a Manuel López Obrador que hay acuerdo con la comunidad lacandona y sólo hay acuerdo con chol y tzeltal; es mentira”, señala Chamkim Chambor Kim.
El Presidente López Obrador está siendo engañado por las autoridades agrarias, asegura Chamkin Chambor Kim, representante lacandón que llegó esta semana hasta la CDMX para exponer que en aquella selva que habita, último rincón del país con ese ecosistema aún en pie, se intenta imponer a autoridades apoyadas por familias indígenas que están en espera de que se les asignen terrenos para su desmonte y la introducción de ganado.
El engaño de la autoridad agraria a López Obrador, comenta, es hacer pasar por válida una elección comunal en la que se impuso la mayoría de pobladores choles y tzeltales de la selva, pero que careció del aval del pueblo lacandón en su conjunto, requisito legal indispensable para que el gobierno interno en la Lacandona pueda erigirse.
El trasfondo es claro, señala Chamkin Chambor Kim, la selva será desmontada para meter ganado. Esto mismo se intentó hacer hace un par de años, comenta, pero se impidió al recurrir a las vías legales. Esta vez quieren hacer lo mismo, pero se han encontrado con que la Procuraduría está promoviendo la idea de que la remoción de autoridades y elección de otras está haciéndose con el beneplácito lacandón: “Es mentira, le hace creer a Manuel López Obrador que hay acuerdo con comunidad lacandona y sólo hay acuerdo con chol y tzeltal; es mentira”.
Lo que piden ahora es que la autoridad los escuche y que el propio Presidente pueda hablar con el pueblo lacandón y sus representantes para evitar la tala de los bosques tropicales o incluso confrontaciones interétnicas violentas. El primero de noviembre, indican los lacandones, sus vecinos choles y tzeltales tienen previstos los primeros movimientos para colocar población en la selva.
Desde los años 70 del siglo pasado, el pueblo lacandón, demográficamente menor a tzeltales y choles, fue depositario de los extensos terrenos de la selva. Al paso de las décadas, lo compartieron con los otros dos pueblos indígenas, pero manteniéndose para ellos los dos principales cargos comunales. Ese equilibrio permitió conservar Montes Azules, la principal reserva integral de la biósfera en el país: el impulso ganadero de choles y tzeltales siempre se vio frenado por la autoridad lacandona… hasta ahora.
“Ellos (choles y tzeltales) trabajan con organizaciones civiles, no con gobierno, para tener más territorio, para invadir, en la reserva Montes Azules. Por eso lacandones no queremos, ya no hay más tierra (para repartir), hay que reubicar (a la población) y conservar muchos años la selva”, dice Chamkin Chambor Kim en una visita a la redacción de Crónica para exponer el caso. “Los lacandones no quieren que se destruya, quieren que se conserva como ha sido y quieren que intervenga el Presidente y haya solución: no más invasión es lo que pedimos; queremos ser oídos”.
Los lacandones comentan que los pactos legales procedentes del siglo XX han servido para proteger a la selva y que ahora que fueron mayoriteados en asambleas, sus vecinos intentan colocar a lacandones sin apoyo de las comunidades y dispuestos a abrir la selva a la ganadería como la prueba de que la comunidad más simbólica de la Lacandonia está conforme con lo que está pasando. “Que nos escuchen”, reitera Chamkin Chambor Kim.
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