COP21 y terrorismo

La COP-21 de cambio climático ante el terrorismo «daesh»

 

GLOCALFILIA  ||  La Crónica de Hoy  ||  19 de noviembre 2015

Por Germán González Dávila

Veinticuatro horas después de los ataques terroristas ocurridos en París el pasado viernes 13 de noviembre, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, confirmó que la Vigésimo-primera Conferencia de las Partes (COP-21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se realizará, tal y como estaba previsto, del lunes 30 de noviembre al viernes 11 de diciembre próximos. Solidarios, la mayoría de los países que son Partes de la Convención han confirmado su asistencia.

Quizás los terroristas «daesh» habían calculado que Francia y las Naciones Unidas se encontrarían obligados a cancelar esta Cumbre internacional, lo cual les hubiera significado un triunfo de mayor impacto mundial. O peor, calcularon que no sería cancelada y ello les ofrecería buenas oportunidades para hacer llegar el terror a ciudadanos de muchos otros países del mundo, miles, reunidos en París como delegados gubernamentales, organizaciones civiles participantes y prensa.

Esta COP-21 debe establecer el nuevo régimen global de mitigación del calentamiento global, con la aspiración de que la temperatura superficial promedio mundial no se incremente más de 2ºC. Y como el cambio climático no es solamente un problema «ambiental» a escala de la biosfera, sino un problema de desarrollo, para poder mitigarlo no basta con la indispensable migración tecnológica hacia fuentes renovables de energía y tasa cero de deforestación; para poder mitigarlo es indispensable resolver grandes desigualdades históricas producto de la civilización industrial dependiente de los combustibles fósiles.

Desigualdades en el uso de la atmósfera terrestre como vertedero de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Porque los países desarrollados que primero iniciaron su industrialización constituyen los mayores emisores de GEI y principales responsables históricos del calentamiento global. Por su parte, los países emergentes de industrialización tardía, como México, actualmente contribuyen con un tercio de las emisiones globales de GEI. Entre tanto, los países pobres no industrializados contribuyen con bajas emisiones, pero igual sufren los impactos adversos provocados por los industrializados.

Al interior de los países sucede otro tanto. La población con alto nivel de ingresos emite, por su alta capacidad de consumo, muchas veces más per cápita que los sectores de ingresos medios y decenas de veces más que los sectores que viven en pobreza. En sentido contrario, a menor ingreso mayor vulnerabilidad ante los impactos adversos del calentamiento global. Se trata de una de tantas expresiones «ambientales» de la desigualdad y la pobreza imperantes en el mundo.

En este contexto, los terroristas «daesh» parecen haber declarado la guerra a toda la Comunidad de Naciones, pues amenazan una Cumbre mundial con aspiraciones constructivas de mitigación climática, así como de reducción de desigualdades «ambientales» que encuentran sus causas en el insustentable modelo civilizatorio dominante.

Laurent Fabius propuso modificar el nombre de ISIS, ya que quiere decir «Estado Islámico» (por sus siglas en inglés), pero se trata de un grupo terrorista, no de un «Estado» en la Comunidad de Naciones. La nueva denominación «daesh» —rápidamente adoptada por Francia y otros países europeos—, en árabe indica «al que siembra discordia». Es una palabra utilizada por los enemigos de los islámicos y prohibida por estos extremistas. Interesante estrategia para otorgarles una denominación adecuada, pero que contribuye a alimentar su odio a las libertades de la cultura occidental.

El asalto de la policía de París, la madrugada del miércoles 18, a un departamento utilizado por terroristas en el barrio de Saint Denis, muestra que otros grupos se encuentran listos para actuar en estos días y las próximas semanas: la COP-21 en jaque ante el terrorismo «daesh»…