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Mensaje para detener la destrucción del planeta

La renuncia de Nicolás Hulot marca la urgencia por modificar patrones dominantes de consumo y producción 

GLOCALFILIA  ||  La Crónica de Hoy  ||  25 de septiembre 2018

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«Vivimos un cataclismo planetario. Ya es muy tarde para evitar los grandes impactos adversos por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, pero todavía podemos evitar lo peor. Cualquier acción política que no combata este cataclismo no podrá ya tener credibilidad…». Con estas palabras, más de 200 personalidades francesas (actrices, actores, investigadores, académicos) (https://ceiba.org.mx/portfolio_page/le-monde-200-alarma-ambiental-global/) acompañaron, unos días después, la renuncia de Nicolas Hulot al Ministerio de la Transición ecológica y solidaria de Francia.

Ocurrida durante una entrevista radiofónica con France-Inter, la mañana del martes 28 de agosto 2018, la inesperada renuncia del ministro francés de medio ambiente conmocionó la política europea con un mensaje de salida en el cual señala que: (1) el planeta es un horno, nuestros recursos naturales se agotan, la biodiversidad se derrite como nieve bajo el sol y no se asume como asunto prioritario; (2) los esfuerzos para combatir la crisis ambiental son totalmente insuficientes; y (3) los lobbies corporativos imponen sus intereses privados en las políticas de Estado. Nicolas Hulot lamentó que, si bien el gobierno del presidente francés Emmanuel Macron dice que la cuestión ecológica es prioritaria y da pasos en la dirección correcta, lo hecho es totalmente insuficiente ante la magnitud y el grado de urgencia de la destrucción ecológica, la pérdida de biodiversidad y el calentamiento global.

Nicolas Hulot es un hombre de 63 años nacido en Lille, periodista, animador y productor de televisión, escritor, empresario y político francés. Conocido por su emisión de TV francesa sobre deportes extremos (que él mismo realizaba) y grandes reportajes sobre culturas y paisajes del mundo: «Ushuaïa, revista de lo extremo» (difundida del 17 de septiembre 1987 al 31 de enero de 1996), progresivamente centró su atención sobre la protección ambiental y la sensibilización del gran público sobre las cuestiones ecológicas. En 1990 estableció la Fundación Nicolas-Hulot por la naturaleza y el hombre. Es coautor del filme de 2009 «El síndrome del Titanic», que interpela sobre la urgencia por resolver la cuestión ecológica a escala planetaria (en contraste con la mayor prioridad que se le reconocen a los asuntos económicos, financieros y de mercado).

En la campaña presidencial francesa de 2007 Nicolas Hulot presentó su candidatura, pero la retiró cuando obtuvo el compromiso de un «Pacto ecológico» con los principales candidatos presidenciales. Para las elecciones de 2012 se presentó a las primarias internas de los ecologistas, pero perdió ante Eva Joly. Después de haberse rehusado sucesivamente —con Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande—, a ocupar el ministerio de ecología, finalmente aceptó esta propuesta con Emmanuel Macron, para devenir ministro de Estado, ministro de la Transición ecológica y solidaria.

Pero ahora su renuncia, además del tremendo agujero y pérdida de credibilidad que deja en el gabinete de Macron, propicia una movilización mediática mundial de alarma, ante una catástrofe ambiental global, anunciada y manifiesta, ante la cual los gobiernos y las grandes corporaciones del mundo voltean la cara. «Vemos que nuestra casa se quema, pero volteamos para otro lado» —diría Nicolas al respecto.

Curiosamente, la renuncia y el mensaje de alarma de Hulot ocurrieron al día siguiente que la maestra Julia Carabias ofreciera, desde este lado del Atlántico, su lección inaugural en El Colegio Nacional, con un mensaje central similar: «aunque las crisis ambientales no son un fenómeno nuevo, la que vivimos en la actualidad, iniciada hace solo algunas décadas, no tiene precedentes, tanto por su alcance global, como por su magnitud, velocidad y consecuencias»; «nos queda claro que, en el fondo, requerimos un cambio de cultura que genere nuevas actitudes frente a la naturaleza y el horizonte de ese reto se ve aún lejano».

Proteger la integridad funcional y evolutiva de los ecosistemas es indispensable para asegurar nuestro futuro. Muchos otros combates son legítimos y urgentes (erradicar la pobreza, reducir la desigualdad, asegurar el bienestar), pero si perdemos éste, para detener el cataclismo ambiental, ningún otro combate podrá llevarse a cabo…

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