Selva Lacandona

Conservación y desarrollo sustentable en la selva Lacandona

GLOCALFILIA  ||  La Crónica de Hoy  || 2 de junio 2016

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De los 255 mil km2 de selvas que existían originalmente en México, luego de una gran destrucción —particularmente durante la década de 1970—, para 2002 solamente quedaban 44,000 km2 (17%). La mayor pérdida ocurrió en Veracruz, Tabasco, sierra del sur de Chiapas y parte norte del estado de Yucatán, donde casi la totalidad de la vegetación de selvas húmedas se eliminó para ganadería y agricultura. Sin embargo, y aunque sea muy poco comparado con la pérdida, esfuerzos de mexicanos ambientalistas han logrado recuperar una fracción: en 2002 cerca de 5,900 km2 (2.3% de lo original) ya aparecían cubiertas de vegetación secundaria; y unos 1,030 km2 (0.4%) presentaban ecosistemas primarios recuperados (CONABIO: http://www.biodiversidad.gob.mx/ecosistemas/selvaHumeda.html).

Sin embargo, intereses económicos regionales vinculados a intereses políticos, aprovechan la presión del crecimiento poblacional y la pobreza en estas zonas, para mantener presiones destructivas por deforestación y cambio de uso de suelo, bajo la mentirosa suposición que sustituir estos ricos ecosistemas en biodiversidad, deforestándolos para destinarlos a ganadería o monocultivos agrícolas, mejora el nivel de vida de sus habitantes.

160525_Libro_Julia-Javier-Rosaura_02En este contexto, Natura y Ecosistemas Mexicanos (https://naturamexicana.wordpress.com/) publica recientemente una obra de profundo significado a favor de la sustentabilidad ambiental del desarrollo: «Conservación y desarrollo sustentable en la selva Lacandona; 25 años de actividades y experiencias». Producto de un equipo de más de sesenta investigadores y estudiantes, de diversas instituciones de educación superior e investigación, coordinado por Julia Carabias, Javier de la Maza y Rosaura Cadena, es una obra de 694 páginas que marca un hito en el conocimiento y difusión de experiencias de conservación de ecosistemas mexicanos, íntimamente vinculado al mejor desarrollo humano posible, local y regional.

A través de 36 capítulos, ordenados en seis secciones, el libro documenta: (1) el escenario natural y social; (2) el medio físico y la biodiversidad de la subcuenca del río Lacantún (tributario del río Usumacinta); (3) la transformación de ecosistemas por ocupación en la zona de Marqués de Comillas; (4) los alcances del deterioro resultante de patrones dominantes de consumo y producción que inducen pobreza; (5) las opciones de uso sustentable de estos recursos naturales renovables para un verdadero cambio de rumbo; y (6) las perspectivas hacia la conservación y el desarrollo sustentable.

Desde su presentación, la obra anuncia su enfoque a la altura del tercer milenio y la preocupación por el rumbo que la civilización de Homo sapiens mantiene en línea de choque con la naturaleza. Uno de los mayores retos que enfrentan las sociedades humanas —indica— es evitar la pérdida de la biodiversidad, de la que somos parte y nos mantiene vivos. Durante millones de años la vida en nuestro planeta evolucionó para permitir la existencia de Homo sapiens, hasta hace diez mil años en armonía ecológica con la biosfera. Pero la irracionalidad del crecimiento económico, sobre todo durante las últimas décadas, produce pérdida de biodiversidad y sus servicios ambientales indispensables para nuestra economía. Nuestros patrones de crecimiento sólo incrementan la pobreza, la desigualdad y la degradación ambiental.

160526_Libro_SelvaLacandona_presentacionCuando la obra fue presentada en la Facultad de Ciencias de la UNAM, el miércoles 25 de mayo, Julia Carabias comentó —respondiendo a comentaristas— que, en efecto, es necesario y pertinente replicar este tipo de ejercicios en otras áreas naturales protegidas, pero desafortunadamente nada indica que estemos a tiempo, pues este libro puede terminar siendo historia, registro de un capital natural que tuvimos pero que perdimos en la selva Lacandona, con toda su biodiversidad y los indispensables servicios que ésta ofrece para la supervivencia de los mexicanos.

Una gran obra, colosal esfuerzo de investigadores y estudiantes mexicanos que apuestan por las generaciones futuras, contrarrestada por estúpidos intereses políticos y económicos que promueven la destrucción de la selva, para beneficio personal de sólo unos cuantos años… Y las actuales autoridades de la Semarnat, ¿qué hacen?