Evaluación global de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos
Reporte de la Plataforma Intergubernamental Científico-Política sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES)
De acuerdo con la Evaluación Global de la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (EGBSE), publicada este 6 de mayo por la IPBES, si el mundo no se transforma profundamente para salvaguardar la vida en la Tierra, los seres humanos no podremos continuar recibiendo los servicios y beneficios que la naturaleza nos provee. Se trata del análisis más comprehensivo —desde el Millennium Ecosystem Assessment de 2005— y constituye un hito sobre la situación de la biodiversidad en el planeta (y la continuidad de la civilización).
Organismo intergubernamental independiente —vinculado al Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD)—, la IPBES está conformada por 130 países miembros de las Naciones Unidas en una red científica global, encargada de equipar a los tomadores de decisiones con información dura y análisis estratégicos en los cuales fundamentar sus decisiones políticas.
La EGBSE recuerda que la biodiversidad constituye la infraestructura fundamental que da soporte a todas las formas de vida en la Tierra, incluidos nosotros, Homo sapiens, pero la gran extinción masiva de especies que las actividades humanas están provocando desde hace décadas, se agudiza año tras año. Mientras que más alimentos, energía y materiales —como nunca en el pasado— se suministran actualmente a la mayor parte de la población en el mundo, ello se logra, crecientemente, a expensas de la capacidad de la naturaleza para que pueda continuar proveyendo estos suministros para las generaciones futuras, pues vulneramos muchas de sus capacidades relacionadas con el mantenimiento de los ecosistemas. Cambio de uso de suelo, destrucción de hábitats, contaminación e invasiones de especies exóticas dañinas, se cuentan entre las principales fuerzas conductoras directas que imponen impactos adversos sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas.
Enfáticamente, el reporte expresa que es clara la evidencia de que los patrones dominantes de producción y consumo son insustentables, que más de un millón de especies (de las ocho millones conocidas) enfrentan actualmente la extinción y que es incontestable que la destrucción de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos ha alcanzado niveles que amenazan nuestro bienestar, tanto como el cambio climático antropogénico. Por consiguiente, es urgente modificar las trayectorias en curso y realizar profundos cambios transformadores en los factores económicos, sociales, políticos y tecnológicos, a fin de asegurar los suministros indispensables que nos provee la naturaleza. Estos cambios transformadores enfrentan oposición de quienes defienden intereses establecidos en el statu quo, pero tal oposición puede y debe ser superada por el interés superior del bien público. Así, la evaluación convoca a que los sistemas financiero y económico evolucionen hacia una economía sostenible, tomando distancia del limitado paradigma del crecimiento económico.
El reporte identifica principios básicos y fundamentales para orientar los grandes cambios transformadores:
1 Reducir la deforestación, restaurar ecosistemas forestales y humedales, así como adoptar prácticas agrícolas que mantengan y construyan suelos orgánicos.
2 Mejorar el uso de la biodiversidad en agricultura (polinizadores, enemigos naturales de plagas, biodiversidad de suelos) y abatir el uso de agroquímicos contaminantes.
3 Preservar los arrecifes coralinos y los manglares.
4 Desarrollar mucho más espacios verdes urbanos.
La EGBSE consituye la referencia para la 15ª Conferencia de las Partes —COP15 del CBD, a celebrarse en Kunming. China, en octubre 2020—; entre otros importantes eventos de alto nivel, como la Carta sobre Biodiversidad del G7 y el estudio de la OCDE sobre Acciones Financieras, Económicas y de Negocios para la Biodiversidad. La secretaria Ejecutiva del CBD, Dra. Pașca Palmer, lo expresa cruda y claramente: «el mundo se encuentra en la encrucijada; la civilización humana enfrenta los impactos negativos combinados por cambio climático y destrucción de ecosistemas, con los costos económicos y las perturbaciones sociales asociadas; la ciencia ha hablado claro y fuerte sobre cambio climático, biodiversidad y uso de recursos; se requiere liderazgo desde la cumbre y hasta la base de la sociedad y, sobretodo, estrategias incluyentes para la transición, con plena solidaridad para los más vulnerables».
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