Proyecto Transístmico del gobierno federal 2019 – 2024
El Economista
El proyecto Corredor Transístmico
19 de septiembre 2018
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/El-proyecto-Corredor-Transistmico-20180919-0086.html
Es uno de los cuatro grandes proyectos de infraestructura para el próximo sexenio; los otros tres son el Tren Maya, la construcción de dos refinerías y el Tren México-Querétaro.
El proyecto Transístmico contempla la modernización de los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, así como la recuperación de la vía férrea entre las dos localidades, y la construcción de carreteras vinculantes. Ambos puntos del proyecto están dentro de las Zonas Económicas Especiales, lo que fortalecerá su evolución.
Tiene como antecedentes el Tren Nacional de Tehuantepec que en 1911 unía a Coatzacoalcos con Salina Cruz y contaba con 304 kilómetros. Tanto el descuido en su modernización como las afectaciones en sus vías determinaron su modesta operación.
Ahora se plantea sobre sus bases actuales, convertirlo en una ruta importante de operación para la carga de mercancías y transporte de personas. Es un proyecto para el desarrollo del istmo de Tehuantepec que contará con dos terminales de contenedores en los puertos, abaratará el costo y tiempo de transporte en relación con el Canal de Panamá, para aquellos barcos que operen en sus puertos.
Significará crear empleos, ingresos y un efecto multiplicador de inversiones en toda la zona, caracterizada por el atraso. Oaxaca, Chiapas y Guerrero son los estados con mayor rezago económico del país y grandes expulsores de migrantes hacia EU.
La población de estos tres estados necesita un mejor contexto socioeconómico para superar, entre otras cuestiones, los focos de conflicto en comunidades afectadas por la pobreza, el narcotráfico y la violencia.
En vías férreas nuestro país, en relación con el mundo, ocupa un pésimo lugar, el número 61, lo que advierte un rezago lamentable. Por decenios no se han construido nuevas rutas. En el 2016 se contaba con 26,500 kilómetros, nivel muy bajo si consideramos que durante el Porfiriato se construyeron 21,000 kilómetros.
Nuestro país necesita un sistema ferroviario nacional modernizado que retome una parte significativa del total del transporte tanto de carga como de pasajeros y que atienda no sólo el ámbito de su vocación natural de recorridos suburbanos, sino que cubra trayectos de medianas y largas distancias, en franca competencia con la aviación.
La experiencia a través de los siglos es contundente: toda obra de infraestructura es productiva y no sólo sufraga sus costos, detona economías externas y facilita la producción de bienes y servicios, acciones y procesos, mismas que elevan el nivel de vida de la población.
Estos proyectos son pertinentes y no tienen problemas de financiamiento nacional e internacional por sus efectos positivos en la economía regional y del país.
La infraestructura de México es ya una limitante en la competitividad; a ella se agregan las diversas crisis económicas que han frenado la canalización de recursos para la expansión y para apoyar por esta vía el desempeño de las actividades industriales, comerciales y de servicios.
De haberse construido una mayor infraestructura, la potencialidad del crecimiento económico sería mayor.
Competitividad es la habilidad de un país para mantener elevadas tasas de crecimiento económico. Globalmente, en competitividad en relación con otros países, México está muy atrasado, en la posición 45. Y en infraestructura está peor, en la posición 58.
La realización de los proyectos mencionados seguramente tendrá una simpatía generalizada, particularmente de la población de su entorno.
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