Crónica de Calakmul
Crónica de Calakmul
José Sarukhán Kermez ǀǀ El Universal ǀǀ 08 de agosto de 2014
Caminar bajo la selva por la vereda de unos 3 km que lleva de la entrada al sitio arqueológico de Calakmul, es una experiencia que le recomiendo a cualquiera. He tenido el privilegio de hacerlo un par de veces y esta última ocurrió temprano en la mañana para asistir a la nominación oficial del sitio por parte de la UNESCO como un Patrimonio Mixto de la Humanidad: la diversidad de cantos de las aves, punteadas por el ametrallante graznido de las chachalacas, el cruce tímido de algunos de los mamíferos de la zona como el Agouti, la frescura del aire saturado de perfumes florales… Y todo esto para llegar a la magnificencia de la aparición, de repente, del principal edificio de la antigua ciudad de Calakmul.
Calakmul es una de las Reservas de la Biosfera, parte del extenso sistema de Áreas Naturales Protegidas del país y que opera bajo responsabilidad de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). Por su ubicación en el centro de la Península de Yucatán, en el estado de Campeche, posee una muy importante diversidad de especies vegetales y animales de México; junto con lo que queda de la Selva Lacandona en otra Reserva de la Biosfera (la de Montes Azules) en Chiapas y la Reserva la Biosfera de Sian Ka’an en Quintana Roo, forman el grueso de la zona de vegetación tropical mexicana protegida.
Calakmul se estableció como Reserva de la Biosfera en 1989 y tiene una extensión de 723 mil hectáreas, de las que poco menos del 90% es propiedad federal; el área es manejada conjuntamente por la Conanp y por el INAH y cumplió con amplitud los criterios requeridos por la UNESCO para nominar un área como Patrimonio Mixto de la Humanidad, lo que permitió que la aprobación se diera por unanimidad.
La doctora Nuria Sanz, representante de la UNESCO, mencionó que la cultura Maya es la única representada en ese organismo por 11 lugares Patrimonio Mundial, información que se antoja ideal para constituir elementos de gran peso en los esfuerzos de consolidar una Marca País para México. Acto seguido propuso, a nombre de Irina Bokova la Directora General de la UNESCO, al presidente Peña Nieto y a sus secretarios, que México liderase una iniciativa de conservación de las selvas de la región Maya en México y Centroamérica.
Las palabras del presidente fueron de gran aprecio al hecho del reconocimiento que la UNESCO ha hecho al nominar Calakmul como sitio del Patrimonio Mundial Mixto y de valoración del capital natural de México. Al respecto de acciones que ha decidido realizar como apoyo a Calakmul mencionó, entre otras, la realización de un parque temático que apoye con mayor presencia de turismo a la reserva (el cual deberá estar fuera de la misma) y la ampliación de la carretera que conduce al sitio arqueológico. En lo personal pienso que para ambas acciones es indispensable tomar en cuenta la capacidad de carga del sitio para que tales medidas no se tornen contraproducentes. En el caso de la carretera bastaría con mejorar el trazo de la misma para hacerla menos peligrosa. Poder transitar con cuidado y pausadamente la carretera que lleva al sitio, gozando del incomparable placer de observar la naturaleza en el trayecto y acercando a los visitantes a una vivencia única de contacto con selvas relativamente bien conservadas, es en si mismo un gran atractivo que se perdería del todo; lo que es claro es que tanto la reserva de Calakmul como muchas otras ANP’s requieren evaluaciones de las densidades de turistas que pueden soportar sin generar daños a los ecosistemas que protegen; esto es particularmente cierto en el caso de los sitios de protección marina, como los arrecifes.
La única manera de conservar estos patrimonios nacionales y globales es manteniéndolos como son, haciendo que la sociedad mexicana los aprecie y valúe adecuadamente y cobrando cuotas de acceso —regulado— que ayuden a su conservación y manejo racional en beneficio de quienes ahí moran. La diversidad, atractivo y características multifuncionales (arqueológicas, naturales, étnicas, etc.) en muchas casos únicas de estos sitios, deberían convertirse en un imán turístico internacional y un elemento de incomparable valor para la Marca País si se planea de manera integrada el acceso aéreo y terrestre a las zonas donde se encuentran.