Homenaje a Víctor L. Urquidi

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Homenaje a Víctor L. Urquidi

José Sarukhán Kermez  ǀǀ  El Universal  ǀǀ  05 de septiembre 2014

A una década del fallecimiento de don Víctor L. Urquidi, El Colegio de México organizó una ceremonia para recordar la vida y obra del que fue su presidente por 19 años y uno de los economistas más reconocidos de México. Fui amablemente invitado por los organizadores del evento, Carlos Marichal y Graciela Salazar.

Mi interacción con él inició en los años 90, a partir de nuestro mutuo interés sobre la temática ambiental, tanto a escala nacional como global. Urquidi tenía ya una clara afinidad por estos temas por su pertenencia al Club de Roma como miembro de su comité ejecutivo en la década de los 70.

Por mis limitaciones para discutir el trabajo en Economía de Urquidi, elegí hablar de los aspectos ambientales de su trabajo. Centré mi breve intervención en nuestro mutuo interés sobre el estado de cosas en los problemas ambientales y a la relación que tales problemas tenían con el desarrollo sustentable. Compartimos presencia en varias reuniones nacionales e internacionales de discusión sobre ese tema.

Don Víctor fue Miembro de El Colegio Nacional (ECN) y fue el segundo economista en entrar después de don Jesús Silva‐Herzog. Me hubiese gustado mucho haber coincidido con él, pero su presencia ahí duró sólo 8 años, al fin de los cuales renunció a ECN. Por ello me interesó leer con cuidado su lectura de ingreso (en 1960) a esa institución, que fue contestada por don Daniel Cossío Villegas. Recomiendo a todos los economistas, especialmente a los jóvenes, la lectura de su discurso a ECN, que se puede encontrar en la página web de esa institución (http://bit.ly/1nPz92Y). El humanismo de su visión del papel de la economía es notable; recordemos que la fecha del discurso es 1960.

En él, Urquidi llama la atención a la influencia de la Economía en la libertad y otros derechos humanos: “Hoy la planeación de la Economía está rigiendo cada día con mayor nitidez la vida del hombre, aun a costa de su libertad, teórica o real. Ello ocurre hasta en los países cuyo sistema económico se basa en el capitalismo privado. Para bien o para mal… está colocando en situación secundaria a otras aspiraciones de la convivencia humana”.

Un pasaje me llamó especialmente la atención, pues en mi opinión representa el germen de su interés por los asuntos ambientales: “…pero la materia de la Economía no es ni la riqueza ni la pobreza, sino la escasez… cuya valoración final escapa al ámbito de la Economía”. No hace sentido hablar de escasez si no es en el contexto de recursos finitos, un concepto que en la Economía clásica parece estar del todo ausente. Es justamente en este sentido de recursos finitos donde la Economía y la Ecología deberían confluir. Este pasaje me recordó la expresión famosa de Kennet Boulding, un influyente economista del siglo XX, creador de la Teoría de los Sistemas Generales, ante el Congreso de EU, en 1973: “Quienes sostienen que las economías pueden crecer de manera indefinida o están locos, o son economistas”. Palabras que parecen haberse ido al vacío…

Continúa Urquidi: “No es extraño que, de más en más, estén primando (en la Economía) técnicas matemáticas, a veces modelos abstractos, que al menos tienen el mérito de tratar de representar la realidad a base de hipótesis valederas. Pero con esto se corre el riesgo de caer en una Economía carente de ideas. Son ideas, conceptos, lo que más necesita la Economía de hoy. La Economía siempre ha sido, y deberá seguir siendo, una ciencia al servicio de las ideas”. No tengo espacio para mencionar muchos otros pasajes de profunda reflexión acerca de la Economía en general y en especial en México.

Termino con un párrafo de un texto suyo publicado en el 2000 (Trayectorias, Nº 2, UANL), sobre la crisis estructural de la economía mexicana, preguntando “…si en estas condiciones México está preparado para emprender una estrategia de desarrollo sustentable y equitativo… que a la luz de los daños ya manifiestos y los previsibles, resultantes de esa misma producción, permita respetar la integridad de la naturaleza y garantizar los equilibrios ecológicos globales y regionales” se debe “otorgar la prioridad necesaria a la política ambiental como elemento de un desarrollo sustentable y equitativo… esto requiere… un amplio foro de discusión nacional que aún no existe en México… con una organización de las estructuras públicas (para) facilitar la transición al desarrollo sustentable de manera coordinada, con la participación de todos los sectores civiles interesados”.