Operativo en La Monarca
Operativo en La Monarca
Julia Carabias Lillo || Reforma || 11 de diciembre 2008
El día 4 de septiembre este diario publicó, en la primera plana, una dramática fotografía aérea de la deforestación ocurrida entre 2003 y 2008 en el ejido Crescencio Morales, Michoacán, en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (RBMM). El pasado 3 de diciembre, la Profepa realizó un operativo sin precedente contra la tala ilegal en esta reserva.
Esta área natural protegida fue decretada, originalmente, en 1986 y, posteriormente, en el año 2000, fue redecretada como Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca con la finalidad de extender la superficie bajo protección a 56 mil 259 hectáreas e incluir las cañadas que quedaban fuera en el decreto original. El objetivo de esta reserva no es el de proteger a la mariposa Monarca como especie (Danaus plexippus) ya que no se encuentra en peligro de extinción; por el contrario, su rango de distribución es desde Canadá hasta Argentina. Es precisamente, el fenómeno único y excepcional de la migración de esta mariposa lo que protege la reserva. Todos los años, a partir de noviembre, llegan a hibernar más de 100 millones de individuos que se concentran en los árboles de los bosques de oyamel de la frontera entre el estado de Michoacán y el estado de México. Al llegar la primavera, emigran nuevamente hacia el Norte. Lo inverosímil del fenómeno, que la ciencia no ha podido explicar, es que todos los años llegan a los mismos árboles pero no son los mismos individuos de mariposas sino la progenie de tres generaciones posteriores.
Históricamente, ha existido un permanente problema de deforestación en la zona, el cual, desde la creación de la reserva, ha generado una larga confrontación entre la comunidad ambientalista y los dueños de la tierra (ejidatarios, comuneros, pequeños propietarios) así como con las organizaciones campesinas. En el año 2000, como resultado de una muy compleja concertación, se acordó establecer un mecanismo de compensación para que los dueños de la tierra, ubicados en la zona núcleo de la nueva reserva, que tuvieran permisos de aprovechamiento forestal, recibieran un incentivo económico a cambio de no aprovechar la madera, cuidar y reforestar el bosque y dejar la cobertura vegetal intacta para ser conservada bajo el nuevo decreto.
Así se creó un instrumento financiero novedoso y muy importante llamado Fondo para la Conservación de la Mariposa Monarca, con las aportaciones de la Fundación Packard y del gobierno mexicano, el cual es administrado por el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza. Este fondo ha permitido que, durante los últimos ocho años, la deforestación disminuyera notablemente en las áreas en donde opera y que los campesinos se hayan beneficiado con más de 20 millones de pesos. Aunque los obstáculos para la operación del Fondo Monarca han sido numerosos y con grandes tensiones a lo largo del proceso, este instrumento demuestra la compatibilidad entre la conservación de los ecosistemas naturales y las necesidades económicas de sus dueños.
Sin embargo, lamentablemente, lo contrario ocurrió en Crescencio Morales, que no formó parte de este instrumento por existir problemas agrarios internos entre la comunidad indígena y el ejido. La deforestación en Crescencio Morales representó, en los últimos dos años, el 87 por ciento y 92 por ciento, respectivamente, de la deforestación total de la reserva como lo reporta WWF. No cabe la menor duda de que el conflicto se encuentra bien focalizado, el Fondo Monarca y la reserva están cumpliendo con su objetivo. Falta resolver el problema en Crescencio Morales.
En el operativo que realizó la Profepa, después de una profunda investigación, participaron también miembros de la Sedena, la PFP, la PGR, la AFI y el MPF. Se catearon 12 aserraderos y, por falta de documentación que avalara la legal posesión y precedencia de la madera, se incautaron 9 mil 473.8 metros cúbicos de madera, con un valor de más de 14 millones de pesos.
Si bien este operativo no resuelve de raíz la cuestión de la deforestación, se trata de un paso muy importante para atacar las distintas fases de la cadena de los ilícitos vinculados a este proceso. La mancuerna entre los incentivos económicos a los legítimos dueños de la tierra para conservar el bosque y la aplicación contundente de la ley apunta en la dirección correcta, pero ésta debe mantenerse y reforzarse.
Para enfrentar a fondo el conflicto, será necesario, además, establecer una política forestal sustentable, con una visión amplia, la cual no debe reducirse a la extracción de la madera del bosque, sino que deberán diversificarse las actividades productivas que no implican la transformación del bosque como son las Unidades de Manejo y Conservación de la Vida Silvestre, el ecoturismo, las plantaciones forestales, la reforestación, entre otras. Es urgente que esta tarea la realicen, coordinadamente, la Conanp y la Conafor de la propia Semarnat.
Si se mantienen estas tendencias de incentivos económicos y aplicación estricta de la ley, la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca podrá, finalmente, estabilizar su situación, conservar este fenómeno natural excepcional, patrimonio de México, y lograr el bienestar social de los dueños de estos bosques.