Los cocodrilos de los humedales yucatecos
Los cocodrilos de los humedales yucatecos
Rafael Robles de Benito || La Jornada Maya || Viernes 19 de agosto, 2016
Durante mucho tiempo, los cocodrilos de los humedales de Yucatán fueron perseguidos y cazados – por su piel, a veces; pero sobre todo pensando que se trataba de animales “malos” a los que había que exterminar – hasta llegar a abatir sus poblaciones a niveles alarmantes. La ausencia de una regulación adecuada, por un lado, y la poca conciencia acerca del papel que estos reptiles cumplen en el ecosistema que habitan, hacían que muy pocas personas se preocuparan por ellos, y por las consecuencias de su exterminio.
Hacia finales del siglo pasado se determinó prohibir la cacería de cocodrilos de pantano, y esta actividad, enfrentada a la escasez del recurso, a la vez que forzada a la clandestinidad y al furtivismo, se redujo hasta casi desaparecer. Las poblaciones de cocodrilos tendieron a recuperarse; y los números que arrojan los monitoreos emprendidos por diversas instancias, tanto oficiales como no gubernamentales, además de la frecuencia de avistamientos de estos animales, incluso en las inmediaciones de las comunidades costeras, permiten afirmar que las poblaciones de cocodrilos de pantano en Yucatán gozan de algo parecido a la buena salud.
A la luz del incremento en el tamaño de las poblaciones de cocodrilos, y siguiendo el ejemplo de lo que se ha hecho en otros países, como Cuba y Estados unidos, y en otros estados del nuestro, como Tabasco y Campeche; se ha empezado desde hace ya algunos años a considerar con seriedad en Yucatán la posibilidad de criar estos animales en cautiverio, con propósitos francamente comerciales, para vender su piel para calzado y accesorio, e incluso para portafolios y piezas de equipaje.
Esto puede hacerse de manera enteramente legal, con base en el establecimiento de Unidades para la Conservación y Manejo de la Vida Silvestre, coloquialmente conocidas como UMA, tales como la instalada de un tiempo acá en Río Lagartos, de nombre Itzamkanak. Esta UMA, un negocio familiar de gente oriunda de Río Lagartos, inició sus trabajos con el apoyo de la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat, y demostró en muy poco tiempo tener un potencial productivo relevante, en términos de la supervivencia de los animales que aloja, pero sobre todo en términos de la capacidad de trabajo y el compromiso de sus propietarios.
Por razones que desconozco, la DGVS no apoyó una segunda etapa de este proyecto, que en cambio obtuvo el respaldo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Aunque hay que aplaudir sin cortapisas el que se apoye este proyecto, no puedo sino pensar que los apoyos deberían seguir proviniendo de la semarnat – y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas – de manera que se pudiera vincular la actividad de la UMA, con la de la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos, convirtiendo el manejo productivo de los cocodrilos de pantano en una herramienta adicional para su conservación.
roblesdeb1@hotmail.com
Mérida, Yucatán
Fuente: https://www.lajornadamaya.mx/2016-08-19/Las-UMA-y-sus-ausentes-apoyos