Nosotros, los productores de basura
Nosotros, los productores de basura
Rafael Robles de Benito || La Jornada Maya || Miércoles 25 de enero, 2017
Dice la ley que la disposición final de los residuos sólidos municipales (la basura, pues), es un asunto que atañe a los ayuntamientos. Visto así, que a nadie extrañe que, a lo ojos de todo cabildo, la mejor manera de la disposición de la basura sea colocarla en el sitio más lejano posible de la cabecera municipal; así sea muy cerca de la cabecera del municipio vecino. Quizá haciendo a un lado los casos de municipios como Mérida, Tizimín, Valladolid, Progreso o Tekax, es lo que parece prevalecer en Yucatán, a pesar de casi tres décadas de discusiones al respecto.
En un estado tan fragmentado política y administrativamente como Yucatán, este problema no es trivial. Ciento seis pedacitos del territorio estatal se debaten alrededor de la responsabilidad de disponer de los residuos que cada uno genera; ninguno tiene la capacidad –por sí solo– de hacerse cargo de los suyos, todos tratan de hacer lo mejor posible y todos fracasan: el problema generado por la disposición final de los residuos sólidos municipales sigue creciendo y las consecuencias ambientales de este proceso solamente están en una pausa que nos cobrará la factura a todos, más temprano que tarde.
Habría que agregar que cada comunidad, o cada comisaría, decide disponer de sus residuos en algún cenote, o sascabera, o cerca de algún camino, el resultado es que el estado está salpicado de tiraderos de basura, que crecen, se desplazan, o se queman un día sí y otro también.
Suele llamarse a estos sitios de disposición “basureros clandestinos”, como si se hicieran a escondidas, a partir de una suerte de conspiración deliberada para violentar una disposición oficial. La verdad es que ningún basurero a cielo abierto puede considerarse clandestino: se encuentra por supuesto a ojos vistas, y cualquier generador de residuos (es decir, cualquier persona) recurre a él como un evento absolutamente normal.
Parece claro que son muy pocos los municipios de Yucatán que cuentan con la capacidad técnica, financiera o logística para intentar una disposición ordenada de los residuos que generan todos sus habitantes, durante todas sus actividades; y que ninguna modalidad de disposición de residuos se podrá llevar a cabo sin afectar los intereses de algún vecino. Así las cosas, no será posible encarar el problema de la disposición final de los residuos municipales del estado sin atravesar por la construcción de alguna suerte de acuerdo, o de alianza, intermunicipal, de modo que se establezcan fórmulas de recolección, traslado y disposición de residuos que atiendan, de la manera más ambientalmente amigable, los residuos generados por conjuntos de municipios. Este es un esfuerzo que tendrá que ser encabezado y conducido por el gobierno del estado.
Pero además, es un esfuerzo parcial e insuficiente. Solamente tendrá sentido emprenderlo a partir de la clara concepción de que la raíz del problema es que la generación de residuos está determinada por nuestros patrones de consumo, dispendiosos y desordenados, atrapados en un modelo de producción y distribución de satisfactores que se ve acompañado, sin remedio, por materiales destinados desde su origen a convertirse en basura. Es necesario machacar sobre la necesidad de educarnos todos a consumir mejor, de maneras más sustentables, y menos propensas a generar residuos sólidos y otros impactos sobre nuestro entorno.
roblesdeb1@hotmail.com
Chetumal, Quintana Roo
Fuente: https://www.lajornadamaya.mx/2017-01-25/Nosotros–los-productores-de-basura
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