Más de Homún
Más de Homún
Rafael Robles de Benito || La Jornada Maya || Miércoles 1 de noviembre, 2017
Un proyecto que es legal
Pensé que no tendría más que decir acerca de la controversia generada alrededor del proyecto de establecer una granja de cerdos en Homún. Pero la discusión continúa, y las posiciones de los diversos actores involucrados en el asunto parecen no moverse un ápice. El doctor Eduardo Batllori ha aclarado la postura de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), y al hacerlo ha puesto sobre la mesa algunos elementos que resultan importantes, entre ellos destaca la dimensión de la industria porcícola en el estado; 80 granjas dentro de los límites de la reserva geohidrológica, y 400 en total.
Pero entre las aseveraciones que hace el secretario hay otro elemento que obliga a la reflexión y a la discusión serena y productiva: no está claro en Yucatán qué proyectos de obra pública o privada deben ser sometidos a consulta indígena. Idealmente, el principio de “consentimiento previo, informado y libre” debería privar en todo momento. ¿Esto implica necesariamente que cada vez que se pretende emprender un proyecto de obra se debe realizar un proceso de consulta a las comunidades indígenas que resultarían afectadas? Los costos podrían dispararse.
Los proyectos de la iniciativa privada, desarrollados en predios particulares, ¿también se deben someter a consulta pública? Creo que no, sino que deben realizarse en estricto apego al marco jurídico vigente. En lo que atañe al medio ambiente, esto suele implicar la obtención de un dictamen favorable en materia de impacto ambiental. Este documento, y el manifiesto que se presenta para obtenerlo, deben ser transparentes y estar a disposición del escrutinio público.
Todo dictamen establece condicionantes y medidas de mitigación de los impactos que pueda generar el proyecto de que se trate. Antes que poner el grito en el cielo por la instalación de una granja porcícola como la de Homún, debiera revisarse concienzudamente la información con que se cuenta en materia de impacto ambiental y poner atención en el cumplimiento de las indicaciones determinadas por la autoridad que, en principio, deberían garantizar que la granja ocasione únicamente impactos tolerables, y que la empresa que la construye y opera los mitigue satisfactoriamente.
Podría suceder entonces una de tres cosas: 1) la empresa funciona con pulcritud, y la comunidad convive con ella de manera armónica; 2) se demuestra que no se cumple con las disposiciones que la autoridad ha estipulado para proteger el ambiente, o 3) resulta que las medidas propuestas por la autoridad no son suficientes o adecuadas. Desde luego, el primer escenario es el idóneo, pero los otros dos no son particularmente catastróficos: ameritan clausuras, sanciones pecuniarias, medidas de compensación o acciones de reparación del daño.
Parece no haber razones de peso para impedir que se establezca y opere una granja porcícola en Homún, más allá de un supuesto temor a “lo que podría suceder”. Este miedo va aparejado de desconfianza: existe el prejuicio de que si una entidad gubernamental participa de un proceso determinado, seguramente lo hará de manera torcida, corrupta, mendaz o fallida. Aun partiendo de esta premisa, deberíamos dar el beneficio de la duda a un proyecto que es legal, y que cuenta con todos los permisos y autorizaciones que se le requieren. Si es cierto que vivimos en un Estado de derecho, dejemos que sus instrumentos operen, y no los violentemos con barullos y politiquerías.
Si resulta que, tras reflexionarlo y discutirlo con serenidad, se toma la determinación de que la consulta pública debe ser universal, hagámosla mediante mecanismos sólidos y transparentes, de manera que sea ordenada, sistemática y genuinamente representativa. Una simple colección de firmas de un sector reducido de una comunidad no se puede considerar una consulta pública legítima, y no debería ser causa suficiente para tirar por tierra un proyecto que es legal.
Fuente: https://www.lajornadamaya.mx/2017-11-01/Mas-de-Homun
Chetumal, Quintana Roo
roblesdeb1@hotmail.com
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