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Mujer de una sola pieza

Mujer de una sola pieza

Rafael Robles de Benito || La Jornada Maya || Miércoles 25 de octubre, 2017

Homenaje a Joann Andrews

Ayer por la noche, en el Auditorio de la Universidad Marista de Mérida, se le rindió homenaje a una de las figuras más célebres de la conservación de los recursos naturales en nuestro país: la Señora (así, con mayúscula) Joann Andrews. Conocí a Joann hace treinta años, cuando ya era reconocida como la personalidad a la que se acude si se quería emprender alguna labor relacionada con la protección de la naturaleza en la Península de Yucatán. Desde entonces, he tenido la oportunidad de trabajar a su lado, o al menos, cerca de ella, en múltiples proyectos relacionados con áreas naturales protegidas y, desde luego, en la construcción de lo que fue el primer arreglo institucional a nivel estatal para la protección del ambiente (lo que fuera la Secretaría de Ecología, establecida en 1989 en Yucatán) y el primer organismo de gobernanza ambiental, el Consejo Estatal de Consultoría Ecológica).

En treinta años, sigue sin sorprender que no todo sea miel sobre hojuelas. También, al caminar por sendas comunes, nos hemos tropezado uno con otro, hemos discutido qué desviación tomar al llegar a encrucijadas o hemos transitado cada cual por una acera diferente del camino. Eso, a fin de cuentas, no es importante.

Lo que importa es, y lo enfatizaron ayer personajes que la conocen mejor que yo, como el doctor Eduardo Batllori, el doctor Juan Carlos Seijo, la maestra María Andrade, o el mismo hijo de Joann, que en ella encontramos a una mujer de una sola pieza, enérgica y afectuosa, profundamente comprometida con la conservación de la naturaleza, y sobre todo, de una tenacidad imbatible.

Si quienes trabajamos en el mundo de la gestión ambiental y conservación de los recursos, hurgamos un poco en nuestros corazones, encontraremos sin duda algún motivo para estar agradecidos con la Señora Andrews, más allá de cualquier diferencia táctica, o teórica.

Pongo por caso el establecimiento del Área de Protección de Flora y Fauna Otoch Ma’ax, Yetel Kooh, que para algunos de los actores que participaron en su concepción sigue siendo conocida como “la Reserva de Punta Laguna”. Más allá de que ahora esta área protegida sea más que una comunidad de Punta Laguna y sus inmediaciones, algunas cosas siempre han sido ciertas. Primero, que efectivamente se trata de una de las primeras áreas decretadas en nuestro país, que fue creada “a petición de parte”; es decir, a partir de la demanda de la comunidad local; y segundo, que los primeros trabajos dirigidos a la conservación del área partieron de la labor realizada por el equipo de Joann Andrews en la comunidad de Punta Laguna. Esto ya es motivo para estar agradecidos con ella y su gente.

Pero lo que la engrandece, e incrementa el agradecimiento, es que supo cuándo dar un paso a un lado, y esperar a que la autoridad federal en materia de medio ambiente actuara a su ritmo y con su propio planteamiento estratégico, para resolver el conflicto surgido entre los dueños de la tierra (el Ejido de Valladolid), los residentes locales interesados en la conservación (la comunidad de Punta Laguna) y, como un tercer interesado, Pronatura. La discreción y sensatez de este organismo liderado por Joann, fueron un factor fundamental para que el área pudiera establecerse legalmente. Eso es para mí, causa adicional para el agradecimiento.

Por último, no puedo dejar de decir, con el afecto por delante, que siempre tendré entre mis recuerdos más placenteros, la biblioteca de la Quinta Mari. Ahí, rodeados de viejos libros, mapas y cuadros (casi todos relativos a los recursos naturales de la región), en un cálido entorno porque encierra, no solamente un espacio habitable, sino el infinito paisaje de la memoria escrita, encontramos con Joann un sitio para reflexionar, discurrir, y por qué no, discutir, en el sereno tono de la interacción civilizada, donde siempre impera la razón, no como algo que “se tiene”, sino como un edificio que se construye. Gracias, Joann.

Fuente: https://www.lajornadamaya.mx/2017-10-25/Mujer-de-una-sola-pieza

Chetumal, Quintana Roo
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