Ecos de la COP 28
Rafael Robles de Benito || La Jornada Maya || Martes 12 de diciembre, 2023
Los intereses económicos y políticos opacan la discusión sobre el medioambiente
“El cambio climático es el mejor ejemplo de la sociedad de las prisas”
María Novo
Ya han pasado décadas desde que la comunidad internacional empezó a discutir qué se debería hacer ante el avance del cambio climático global. En 28 ocasiones se han reunido representantes de la mayor parte de las naciones del planeta para intentar construir acuerdos que permitan una respuesta global y coordinada ante un problema que tiene consecuencias para toda la humanidad, los ecosistemas de la biosfera, y si me apuran, para las posibilidades de permanencia de los procesos de la vida en el planeta tal como la conocemos. Se ha avanzado mucho en el conocimiento acerca del clima del mundo y de los cambios que éste ha sufrido a raíz del impacto generado por las actividades humanas vinculadas a los procesos dominantes de crecimiento y desarrollo de las sociedades, pero se han logrado pocos acuerdos acerca de cómo lograr que el incremento de la temperatura planetaria sea menor a 1.5 grados centígrados, meta que se debería alcanzar antes de llegar al año 2030. Los intereses económicos, públicos y privados; locales, nacionales y supranacionales; siguen privando por encima de las consideraciones ambientales y éticas, que parecen quedar siempre en el mero discurso, y en la reflexión de corte académico.
En este orden de cosas, no resulta sorprendente encontrarse con que en Dubai, a medida que se desarrolla la vigésimo octava conferencia de las partes en materia de cambio climático, la discusión más sonora es la que se refiere al financiamiento: ¿quién debe cubrir los costos de la adaptación al cambio climático global?, ¿se debe esperar que las naciones menos desarrolladas sacrifiquen sus procesos de desarrollo (convencional), en aras de enfrentar los efectos de una nueva circunstancia climática, en la que han tenido una participación relativamente menor que la de los países desarrollados? Por otra parte, precisamente en Dubai, monumento a la generación de riqueza a partir de la extracción de petróleo del subsuelo, se discuten las vías que deberían seguir para dejar de consumir y producir combustibles de fuentes fósiles. La ironía, como cuando se hizo la COP en Katowice, centro carbonífero de Polonia, es evidente.
En el marco de las discusiones que se sostienen en esta conferencia de las partes, hay dos elementos que me parece que deben ser destacadas: por una parte, la participación de las jurisdicciones subnacionales, en un llamado que no es necesariamente explícito, para imponer a los procesos de mitigación y adaptación al cambio climático una perspectiva glocal; es decir, que se piense en el cambio climático como un proceso global, pero que se determinen vías de acción de carácter local, lo que acabará por hacerlas más ambientalmente sustentables, económicamente viables, y culturalmente aceptables; y por otra, la tendencia a privilegiar las acciones de adaptación por encima de la mitigación, lo que a mi juicio significa una suerte de renuncia a buscar vías alternativas de desarrollo, explorar vías que contribuyan a abatir los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, y a considerar determinante el papel de los bosques, humedales y ecosistemas marinos como sumideros de carbono, capaces de capturar cuando menos una porción relevante del monóxido de carbono que arrojamos a la atmósfera, lo que los convierte en la herramienta más poderosa con que cuenta nuestra especie para reparar el deterioro generado por nuestra frenética actividad transformadora. Dejar de lado la necesidad de mitigar los impactos que contribuyen a exacerbar el cambio climático no parece una buena idea.
En lo que atañe a la participación de las jurisdicciones subnacionales, creo que merece aplauso la tozuda participación del Grupo de Trabajo de Gobernadores por los Bosques y el Clima, coloquialmente conocido como GCF. Este organismo, que agrupa ya cerca de cuarenta estados y provincias de diez países con bosques tropicales, se empeña en impulsarla conservación y el aprovechamiento sustentable de la masa forestal tropical del mundo, en aras de preservar la capacidad de captura de carbono en los territorios tropicales, proponiendo así a los bosques como un patrimonio natural que debe constituir una parte fundamental de las cuentas del cambio climático, jugando como cifras que abaten las emisiones totales de carbono equivalente. De esta manera, los recursos forestales asumen un valor adicional para los pueblos que habitan los territorios que los incluyen, haciendo de su conservación un factor de vital importancia para el desarrollo.
La participación de Mauricio Vila, en su calidad de presidente pro tempore del colectivo de estados mexicanos miembros del GCF, es sin duda loable, por el hecho de elevar la voz de los pobladores del trópico mexicano en el marco de las discusiones globales alrededor de la cosa ambiental y el cambio climático. El gobernador de Yucatán ha sabido aprovechar el rol que hoy desempeña en el grupo de trabajo para poner por delante la agenda de Yucatán en la materia, a juzgar por la cobertura que ha recibido en los medios locales y regionales. No obstante, no puedo dejar de pensar que los estados mexicanos coaligados en este grupo siguen desaprovechando el peso político que les debe otorgar la participación en el colectivo. Campeche, Chiapas, Jalisco, Quintana Roo, Oaxaca, Tabasco, y Yucatán son los poseedores de la mayor masa forestal tropical del país, y unidos cuentan con el respaldo de un grupo multinacional de prestigio en el concierto de estados nación que discuten la forma en que disonemos de los recursos naturales del mundo. Ese peso debiera ser una herramienta política para posicionar la agenda de la conservación y el manejo sustentable de los bosques nacionales en los primeros lugares des prioridades incorporadas en el próximo programa de gobierno.
Fuente: https://www.lajornadamaya.mx/opinion/224457/ecos-de-la-cop-28-yucatan-campeche-quintana-roo-tabasco-chiapas-jalisco-oaxaca
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