“No acabaremos con la vida del planeta, pero sí con la calidad de vida del hombre”: Sarukhán
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Isaac Torres Cruz || La Crónica de Hoy || Jueves 23 de noviembre, 2017
La humanidad se ha apropiado del planeta, la naturaleza y sus recursos como ninguna otra especie. Nuestra población es la única con un crecimiento exponencial que aumenta más que el de cualquier otro ser vivo, incluso mayor que el de las bacterias. ¿Cuál es el impacto de todo esto?
José Sarukhán, el ecólogo más importante del país, plantea este escenario para responder lo anterior, enmarcándolo en un análisis de cómo ha repercutido el paso del ser humano por el planeta desde el origen de los primeros Homo sapiens, hace alrededor de 300 mil años.
Hoy en día, dijo, la población mundial es de cerca de siete mil 400 millones, lo que representa el 7 por ciento de todos los humanos que han existido en el planeta, quienes significamos un costo para los recursos del planeta, su biodiversidad y ecosistemas, mayor que toda la especie a lo largo de los últimos 300 mil años. “Esto nos debe hacer pensar en la magnitud del impacto de nuestra especie”.
No sólo hemos monopolizado los recursos planetarios y apropiado de otras especies, añadió, sino además sido el factor de una extinción masiva sólo ocurrido naturalmente en la historia de la Tierra. Durante su participación en el Coloquio Internacional Los acosos a la civilización. De muro a muro, coordinado por la UNAM y la Universidad de Guadalajara (UdeG), el fundador y titular de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) enfatizó hay un problema más grave que el crecimiento desmedido de la humanidad.
“Es la afluencia económica: lo que consumimos, alimentos y energía, tiene una proyección de crecimiento mayor exponencial que la misma población”. El costo sobre los recursos será atroz hacia a finales de siglo si no se contrarresta esa tendencia, esa misma que nos hace consumir más de lo que necesitamos.
Una causa más que nos enfila hacia un desastre, bosquejó el miembro del El Colegio Nacional, es la incapacidad de emplear los recursos y energías renovables, así como tecnologías limpias, para el desarrollo humano, debido a los intereses económicos corporativos, los mismos que rigen las políticas y comercio mundial. “Espero que esa glotonería por petróleo comience a caer por su propio peso”.
La pregunta toral de Sarukhán es ¿hacia dónde vamos de seguir así, qué futuro nos espera? Se puede continuar desapareciendo los recursos y las especies del planeta y aunque el hombre no tiene las capacidades de acabar con toda la vida en el planeta, “de lo que sí somos capaces y sí cambiará es lo que conocemos como una vida digna para nosotros y para las generaciones que vienen.
“Hay que comprender las consecuencias en el tipo de vida que cada uno asumimos, porque finalmente nuestros problemas son la suma del resultado de todo lo que hacemos. No es que seamos malévolos, sino que estamos usando recursos para comer y transportarnos, pero debemos cambiar cómo los usamos, para qué y de qué manera los obtenemos para resolver esas necesidades”. El exrector de la UNAM e investigador emérito del Instituto de Ecología enfatizó la necesidad de que curar la ceguera entre la población sobre el impacto del hombre en todo e incrementar la idea de la responsabilidad compartida con nuestros congéneres, no sólo hacia la naturaleza, sino también con las siguientes generaciones. “Eso no se enseña en las universidades, así que debemos actuar en consecuencia de forma individual”.
JULIA CARABIAS. Por otra parte, durante su participación en el panel “Protección del medio ambiente frente al discurso anticientífico”, la académica de la Universidad y exsecretaria de Medio Ambiente, manifestó que el conocimiento científico en lo general no se traduce en recomendaciones de política pública, por lo que se desperdicia un acervo enorme. “No se escucha a los científicos, lo cual es un riesgo en la forma en que se toman las decisiones”.
Añadió que no existen los mecanismos adecuados de trasferencia de conocimiento hacia tomadores de decisiones, con excepción la Conabio. “Pero no existe el mismo caso de éxito en temas como el agua, suelos y aire. Falta mucho para mejorar los vasos comunicantes entre ciencia y toma de decisiones”.
Fuente: http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1053649.html
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