Por una ciudad sustentable

Julia

Por una ciudad sustentable

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  9 de noviembre 2013

Al inicio de esta semana la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal convocó al Foro "Las Decisiones Económicas de la Ciudad de México" en donde se expresó, entre otros temas, cómo las formas de desarrollo humano que no consideran criterios ambientales provocan, inexorablemente, impactos negativos tanto en la naturaleza como en las condiciones de vida de la población.

Las tendencias de desarrollo están llevando a que la población del mundo se concentre en las ciudades. Cerca de la mitad de la población mundial es urbana y en México esta cifra corresponde al 78%. A pesar de las especificidades de cada ciudad, reflejo de las distintas culturas, de su geografía y entorno natural, del nivel económico, entre otros atributos, un común denominador es que, cuando no se planifican y nacen, crecen y maduran sin incorporar la dimensión ambiental, al paso del tiempo quedan inmersas en profundos problemas sociales, económicos, políticos y, por supuesto, ambientales.

La Ciudad de México representa una de las ciudades del mundo más complejas e insustentables. La demanda de recursos naturales de su entorno, cercano y lejano, rebasa la capacidad de renovación de los mismos y la generación de desechos excede la capacidad de absorción de la naturaleza. La Ciudad de México ha sido y sigue siendo una devoradora de capital natural y de servicios ambientales. Los impactos por abuso en el consumo de recursos naturales y la falta de tratamiento de los desechos no sólo afectan al medio ambiente, sino también a la calidad de vida de la población. No puede mejorarse el bienestar social si no se atiende la dimensión de la sustentabilidad ambiental.

Por ello, los cambios de políticas que han de llevarse a cabo para revertir las tendencias de deterioro ambiental y para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos están obligados a llegar a la raíz de los problemas, asumiendo las implicaciones económicas y políticas de dichas intervenciones para construir el desarrollo sustentable.

Las decisiones económicas y las estrategias de reducción de la pobreza tienen que incluir el capital natural y los servicios ambientales. El crecimiento económico no puede ser sostenido, es decir, crecer indefinidamente, debe acotarse a los límites que impone la naturaleza y ser bajo en consumo de carbono y de materias primas. Tampoco basta con sólo respetar la normatividad ambiental; condición sine qua non del Estado de derecho. Un nuevo enfoque de la política económica debe colocar al paradigma de la sustentabilidad en el eje del debate, incorporar al medio ambiente como una oportunidad para el crecimiento y no como una limitante del mismo y desacoplar dicho crecimiento del consumo de energía, agua y materias primas.

Entender a las ciudades como las mayores consumidoras de servicios ambientales y, a su vez, a los servicios ambientales como finitos y frágiles es indispensable para identificar el tipo de intervenciones que deben ocurrir con el fin de encauzar a las ciudades hacia el desarrollo sustentable.

La Ciudad de México tiene muchas oportunidades para avanzar de manera significativa hacia la sustentabilidad ambiental, por ejemplo: armonizando los programas sectoriales e integrando en ellos criterios ambientales; garantizando, bajo sistemas de gobernanza innovadores, la coordinación interinstitucional y la participación de la sociedad en la toma de decisiones y en la implementación corresponsable de acciones; fomentando, urgente y decididamente, con instrumentos económicos, regulatorios y con acciones educativas y de información, cambios en los hábitos y patrones de consumo de los ciudadanos hacia preferencias más sustentables, menos demandantes de energía, de agua y de materias primas en general; promoviendo el reuso y reciclamiento de los desechos; protegiendo los ecosistemas naturales del Distrito Federal y ordenando las actividades agropecuarias y el uso del suelo; incrementando las acciones correspondientes a la movilidad sustentable, con un balance entre el transporte colectivo y el privado y reduciendo el número de viajes diarios, entre otras acciones.

En este contexto es muy alentador que uno de los cinco ejes del Programa General del Distrito Federal sea el Desarrollo Económico Sustentable y uno de los ocho enfoques transversales el de la sustentabilidad. Además, el jefe de Gobierno está proponiendo una nueva Ley de Desarrollo Económico para el Distrito Federal incorporando la sustentabilidad como una condición. Es un hecho que una ciudad competitiva debe regirse con criterios de sustentabilidad.

Ojalá la Ciudad de México, que ha adoptado e impulsado visiones progresistas y audaces en varios temas del ámbito social, haga suyo el reto de implementar lo que podría ser uno de los experimentos mundiales urbanos más ambiciosos: convertir a la ciudad, la que hace poco más de dos décadas era la más contaminada y la segunda más poblada del mundo, en una ciudad sustentable. No se parte de cero, se requerirá tiempo, pero es el momento de acelerar el paso.

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