Sustentabilidad y plataformas

Julia

 

Sustentabilidad y plataformas

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  12 de mayo 2012

Ante la pobreza, inequidad y deterioro ambiental que laceran al país, parecería incuestionable que el enfoque del desarrollo sustentable sea el eje articulador de un nuevo modelo de desarrollo. Sin embargo, ninguno de los partidos políticos que contienden por la Presidencia de la República logra integrar esta visión en sus plataformas electorales ni en los programas de gobierno 2012-2018 registrados oficialmente en el IFE.

El paradigma del desarrollo sustentable fue universalmente aceptado por todas las naciones desde la Cumbre de Río en 1992 y constituye ahora el centro de atención de la discusión hacia la Cumbre de Río +20. Por ello, extraña que las plataformas y programas de los partidos y las coaliciones lo aborden de manera marginal. Si bien el PAN presenta una sección de "México Sustentable", la coalición PRD-PT-MC incluye dos capítulos, "Política económica para el desarrollo sustentable y equitativo" y "Medio ambiente sano", y la coalición PRI-PVEM tiene un apartado de "Medio ambiente y desarrollo sustentable", es lamentable que, en pleno siglo XXI, sigamos considerando al desarrollo sustentable como un segmento del desarrollo y no como un modelo diferente que articula las políticas sociales, económicas y ambientales. La sustentabilidad no se asume como un principio del desarrollo.

No incluyo en este análisis los documentos oficiales del PANAL (que no constituyen una plataforma electoral y menos un programa de gobierno), porque no hacen ni una sola mención al desarrollo sustentable; apenas aparecen un par de malos párrafos sobre el tema ambiental.

Cada una de las tres plataformas mencionadas refleja que los distintos apartados fueron elaborados por diferentes grupos de trabajo y que, sin armonizar las visiones y las propuestas, simplemente se sumaron los apartados. Así, aparecen largos listados de acciones que, aunque la mayoría son pertinentes e importantes, están desarticuladas y sesgadas hacia el medio ambiente, sin constituir un verdadero cambio de rumbo del desarrollo que resuelva, a fondo, los problemas nacionales con una visión de largo plazo. Por ejemplo, todos los partidos proponen acciones con relación al agua, a la energía y a la producción de alimentos, pero la suma de dichas acciones no se traduce en una política sustentable de manejo integral del agua, de seguridad energética o de seguridad alimentaria, con sus implicaciones sociales, económicas y ambientales.

La falta de coherencia de cómo abordar el tema de desarrollo sustentable en las plataformas electorales se ejemplifica con el error que comete el PRD-PT-MC; si bien presenta un capítulo con un título atractivo, "Política económica para el desarrollo sustentable y equitativo", y con propuestas pertinentes, en el siguiente capítulo ("Medio ambiente sano") aparece suelto un breve inciso de desarrollo sustentable que se reduce a una definición. Sorprende también que esta coalición se comprometa a impulsar una economía verde, tema altamente polémico que constituye uno de los ejes centrales de la próxima Cumbre de Río +20. Esta propuesta no parece haber sido suficientemente reflexionada, ya que en el apartado de energéticos se compromete a subsidiar los combustibles, lo cual se contradice con los principios de la mencionada economía verde.

El tema de cambio climático está pobremente abordado en las tres plataformas y los planteamientos quedan muy por debajo de los avances de la política nacional actual y de la nueva Ley General de Cambio Climático. Vinculado a esto, el tema de los subsidios a los energéticos es un claro punto de diferenciación; el PAN propone su eliminación; el PRI-PVEM se compromete a definir precios con eficiencia competitiva y a eliminar subsidios perjudiciales al medio ambiental, mientras que el PRD-PT-MC reivindica, como ya se mencionó, mantenerlos e incluso incrementarlos.

Es lamentable la ignorancia o el desinterés que se refleja en las plataformas con relación a una estrategia de manejo y conservación de la biodiversidad nacional, siendo que México es un país megadiverso que cuenta con mucha información sistematizada y con dos instituciones muy sólidas y reconocidas internacionalmente: Conabio y Conanp; asimismo, la visión y las propuestas sobre la planeación territorial y el ordenamiento territorial no corresponden a la gravedad del problema.

Vale la pena destacar el gran acierto del PRI-PVEM para incorporar nuevamente el sector pesquero con el ambiental y el del PRD-PT-MC para impulsar una pesca sustentable. Y, por el contrario, resaltar la preocupación del planteamiento del PRI-PVEM sobre un fuerte impulso a un tipo de turismo con claros visos de insustentabilidad.

No podemos esperar otro sexenio para construir una política nacional para el desarrollo sustentable. El partido ganador deberá implementar los cambios necesarios para lograr este nuevo modelo de desarrollo por difíciles y costosos que éstos sean.

Fuente: Hemeroteca