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¿Y si los saraguatos dejaran de aullar?

Selva Lacandona. Tragedia en tres actos. Tercer Acto.

Amado Ríos Valdez, Diario Ultimátum, 25 de octubre 2019.

La selva lacandona fue noticia mundial en 1994. La rebelión indígena zapatista del EZLN provocó un alud de noticias sobre Chiapas en periódicos, revistas, radio, televisión y los todavía escasos portales de internet. Sin embargo, la selva lacandona fue mencionada, se hizo referencia de ella en miles de noticias, pero verdaderamente no se conoció, no se difundió su problemática y las amenazas múltiples a su conservación. La selva lacandona apareció solo como el escenario y el marco de una rebelión indígena, pero la selva vivía su propia tragedia.

LA MANZANA ENVENENADA: RIOS DE DINERO, PROGRAMAS, OBRAS.

A partir de la rebelión zapatista, sobre todo en la región de los altos y las cañadas de Chiapas, fluyeron hacia esa región ríos de dinero a manos llenas. La atención mundial a la zona se tradujo en un alud de programas de gobierno, inversión en obras e infraestructura, escuelas, carreteras y caminos, clínicas de salud y dinero, mucho dinero para invertir en ganadería y agricultura.
De acuerdo con una investigación del académico de la Universidad Autónoma de Chiapas, Jorge López Arévalo, a la región se le inyectaron 58 mil millones de dólares en 25 años, el equivalente a lo aplicado en el Plan Marshal (inversión para la reconstrucción de Europa tras la segunda guerra mundial). Pero la pobreza y la destrucción de la selva continuaron.
Como señalé en el artículo anterior de esta serie sobre la selva lacandona, del 2000 al 2012 se perdieron 142 mil hectáreas por deforestación, alrededor de 500 millones de árboles. Los incentivos para la ganadería y la agricultura extensivas promovieron presiones sobre la selva. Adicionalmente en ese mismo periodo la población en la región de la selva se incrementó en 24% y el número de localidades en 9%. Los jóvenes fueron creciendo y pidiendo sus parcelas para sembrar y mantener a sus familias. La tasa de crecimiento poblacional en los municipios de Ocosingo, Marqués de Comillas y Benemérito de las Américas se considera las más alta del país. Este incremento poblacional acelerado generó una presión adicional a la selva lacandona.
De los 1.8 millones de hectáreas de la selva lacandona original hoy solo quedan cerca de 600 mil, de ellas 460 mil están en las áreas naturales protegidas y fundamentalmente dentro de la propiedad comunitaria de los Bienes Comunales Zona Lacandona (BCZL). Es muy importante precisar que en México las áreas protegidas no significan una expropiación de la tierra, la propiedad sigue siendo de sus propietarios originales, solo se establece un uso del suelo para la conservación. De las 8 áreas naturales protegidas en la zona lacandona 7 están dentro del decreto de creación de los BCZL, así de importante es esa propiedad comunal y así de compleja es la conservación de la selva en un entorno viciado por luchas de poder internas, alimentadas muchas veces por intereses políticos externos.

BIENES COMUNALES ¿SELVA O GANADO?

Los choles en la zona lacandona que viven en torno al poblado de Frontera Corozal son hoy alrededor de 14 mil. Los tzeltales, que viven en torno al poblado de Nueva Palestina son alrededor de 20 mil. Los habitantes originales de la selva, los lacandones, son aproximadamente 1800, dispersos en pequeños poblados como Lacanjá, Bonampak, Nahá. Los usos y aprovechamientos de la tierra de estas tres etnias son muy diferentes. Los lacandones viven básicamente de la selva, sin derribarla. Actualmente muchos de ellos también se han incorporado al ecoturismo, con relativo éxito, además son relativamente pocos. Los tzletales y choles tienen una relación con la tierra diferente, sus actividades de subsistencia son fundamentalmente la agricultura de maíz y frijol y la ganadería a pequeña escala, la selva les ha implicado más un obstáculo que una oportunidad. También hay choles y tzeltales que se han incorporado con éxito a las actividades del ecoturismo, pero son una minoría. No es una lucha de buenos contra malos, son diferentes maneras de relacionarse con la selva, que desde luego son contradictorias.
Los equilibrios de poder en los Bienes Comunales Zona Lacandona siempre han sido complicados. Esta disputa ha sido aprovechada e incentivada por líderes y políticos sin escrúpulos para beneficiarse política y económicamente.
Por poner solo un ejemplo, en el sexenio de Pablo Salazar Mendiguchía en el gobierno de Chiapas (2000-2006), se pretendió resolver el conflicto arrojando ríos de dinero, otra vez sin la menor idea. Se sabe que en esas fechas se le dieron a los BCZL alrededor de 700 millones de pesos. Los gestores del recurso se relamieron los bigotes y uno de ellos cobró una jugosa comisión. Se trata de Gabriel Montoya, personaje que al mismo tiempo que trabajaba en la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), asesoraba a los BCZL para obtener de la SRA esos 700 millones de pesos. Desde entonces, por fuentes de los mismos comuneros, sabemos que cobra (de 2006 a la fecha) 80 mil pesos mensuales por asesorar a choles y tzeltales. Pero, así como llegó dinero de la SRA, también ha llegado de diversas instancias y programas de gobierno, siempre desarticuladas e incluso con propósitos contradictorios, unos para conservar la selva y otros para derribarla.

LA AMENAZA A LA SELVA. LA MARCHA HACIA EL SUR.

“Yo resuelvo el problema de los zapatistas en 15 minutos”, dijo Vicente Fox al ocupar la Presidencia de la República. Pensé que no habría otra voz irresponsable que enfrentara con esa ligereza problemas complejos. Pero se repitió. El Procurador Agrario, Luis Hernández Palacios, al terminar una reunión con la fracción de choles y tzeltales de los BCZL declaró ufano: Vamos a terminar en la próxima reunión (que se efectuaría en Palenque en octubre) con un problema que nos heredaron las administraciones pasadas y que tiene más de 40 años. Palabras más, palabras menos. En esa reunión asistieron como asesores de los choles y tzeltales, Gabriel Montoya (otra vez) y SERAPAZ (la organización que creó Samuel Ruiz para los diálogos de paz después de 1994).
La creciente conflictividad y disputa por la selva que se encuentra en excelente estado de conservación dentro de las áreas naturales protegidas llevó a que los representantes de los choles y tzeltales en los BCZL (que no todos por supuesto) amenazaran públicamente que el 1 de noviembre de 2019 van a invadir la zona sur de la Reserva de la Biosfera Montes Azules y van a repartirse la tierra. Ese territorio es propiedad de los lacandones.
El gobierno del Estado, por medio del Gobernador Rutilio Escandón y del Secretario de Gobierno Ismael Brito Mazariegos, junto con la Subsecretaria de Gobernación federal Diana Álvarez, además del mencionado Procurador Agrario, ya se han reunido este pasado 22 de octubre con todas las partes en conflicto. Han entendido en buena hora que es un problema complejo, que no es solo agrario, ni solo ambiental, solo de pobreza o solo de dinero. El problema es complejo y contiene muchos factores, no se llevará poco tiempo en resolver, pero se han abierto las posibilidades para que, en el diálogo y el estudio real de las causas, escuchando a todas las partes, a los expertos de todas las especialidades y desde diferentes puntos de vista, se pueda llegar a una solución de largo plazo para la selva lacandona.
La amenaza de la marcha al sur de la selva sigue ahí. Es una batalla crucial, tal vez definitiva, para conservar el último espacio de selva tropical o perderlo para siempre.


Los datos y cifras de estos tres artículos sobre la Selva Lacandona fueron tomados del libro “Conservación y desarrollo sustentable de la Selva Lacandona”, que puede consultarse completo y gratuitamente en la siguiente liga:

https://ceiba.org.mx/que-hacemos/centro-de-documentacion/natura-conservacion-selva-lacandona/

amado.rios@gmail.com

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