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Territorio, ocupación durante el siglo XX

Un siglo de profundas transformaciones

En el transcurso del siglo XX México se transformó en profundidad. En 1900 la
nación contaba con 13.6 millones de habitantes1, 43% de los cuales eran niños
menores de quince años. El sector económicamente activo de la población ascendía
en todo el país a cerca de 7.5 millones (55%) y el de edad avanzada a 25 mil
personas (2%)2. La presión de los procesos productivos sobre los recursos era
entonces bastante limitada. Salvo en algunos núcleos de producción textil, la
industria era apenas embrionaria. En su inmensa mayoría, la población mexicana
era entonces rural y analfabeta: 90% vivía en localidades de menos de 15 mil
habitantes3 y 84% no sabía leer ni escribir4. El 62.5% de la mano de obra ocupada
correspondía al sector primario de la economía, que representaba más de 35% del
Producto Interno Bruto (PIB). Tan sólo la agricultura absorbía 66% de toda la
fuerza de trabajo5. Por la elevada mortalidad, sobre todo infantil, la esperanza de
vida al nacer no rebasaba los 30 años. Luego de la Ciudad de México, las cinco
entidades federativas más pobladas eran, en orden decreciente: Jalisco, Guanajuato,
Puebla, Veracruz y Oaxaca. Poblar el territorio seguía siendo una de las principales
aspiraciones del país, como lo había sido desde la Colonia y la Independencia6.

Al concluir el siglo XX, la población de México se acerca a los 100 millones7 más
de siete veces la registrada en el Censo de 1900 y se encuentra en fase de
envejecimiento. Aunque la población de menos de quince años representa todavía
un tercio del total, la población en edad escolar empieza a decrecer por primera vez
en la historia de la nación8. La esperanza de vida de los mexicanos alcanza ya los
78 años9. La población económicamente activa asciende a más de 41 millones10;
menos de 14% de la misma se dedica a la agricultura y esta proporción se
encuentra en constante disminución. En términos reales, la economía mexicana ha
crecido casi 30 veces en el transcurso del siglo XX11. El sector primario de la
economía representa menos de 5.4% del PIB. La producción agropecuaria nacional
no garantiza el autoabastecimiento alimentario. La industria aporta 26.5% del
PIB12 y cada vez más dirige su producción hacia la exportación. El sector terciario
ha crecido hasta representar cerca de dos tercios del PIB. La productividad
económica por persona ocupada creció unas seis veces y media en el transcurso del
siglo. La urbanización constituye tal vez la expresión más significativa de los
cambios experimentados por el país en el siglo XX. Los Mapas 1 y 2, que
describen la ubicación de los asentamientos propiamente urbanos (cien mil o más
habitantes), señalan el contraste entre la situación de 1910 y la de 1995.

La población de 1998 asentada en localidades mayores de 15 mil habitantes (58.4
millones de personas) representa 59.5% de la población total, mientras que un
12.6% adicional (12.4 millones de personas) reside en núcleos semiurbanos,
comprendidos entre 2,500 y 15 mil habitantes. En su conjunto, la población urbana
y semiurbana asciende a 70.8 millones, que representan 72% de la población total.
El 18% de la población nacional habita ahora en la Zona Metropolitana de la
Ciudad de México. En orden decreciente, las cinco entidades federativas más
pobladas son: Estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Jalisco y Puebla13.
Todos estos cambios se dieron en el marco de un crecimiento de la economía y de
la población mundiales sin precedentes en la historia de la humanidad.

En efecto, tan sólo en la segunda mitad del siglo XX el producto bruto mundial
creció por lo menos seis veces en términos reales y la población del planeta pasó de
dos mil quinientos a más de seis mil millones de personas14. La revolución
científico-tecnológica que caracterizó a estos últimos cien años le abrió a los seres
humanos la posibilidad de alcanzar altos niveles de bienestar, pero también la
posibilidad de transformar negativamente la Tierra en una escala hasta ahora
desconocida. Sobre todo durante la segunda parte del siglo XX se produjeron
cambios que provocaron un acelerado deterioro del medio ambiente. Por otra parte,
las transformaciones del siglo fueron fuente de crecientes desigualdades. Aumentó
la brecha entre los países desarrollados y los países en desarrollo. En el interior de
estos últimos, se agudizaron las diferencias entre ricos y pobres.

En el umbral del siglo XXI, el gran desafío para México ya no es poblar el país
sino eliminar la pobreza y combatir la desigualdad, así como mejorar la calidad de
vida presente y futura de su población. En este marco se inscribe el objetivo de
detener y empezar a revertir el continuo deterioro ambiental que ha afectado al país
y que compromete su seguridad y su futuro.

1 Dato del Censo de Población de 1900.
2 Pérez, A. et al. El poblamiento de México. Una visión histórico-demográfica.
Tomo IV, P. 13. Consejo Nacional de Población (Conapo)/Secretaría de
Gobernación, México, D.F., 1993.
3 Idem. P. 14.
4 Op. cit. Tomo III, P. 156.
5 Ib. Tomo III P. 161.
6 Ib. Tomo IV, P. 15.
7 Las proyecciones de Conapo de 1998 preveían una población de 99.58 millones
para el 2000, pero los resultados preliminares del último Censo Nacional de
Población de este mismo año resultaron algo menores que las estimaciones previas.
8 Secretaría de Gobernación/Conapo. Proyecciones de la población de México
1996-2050: P. 18. (1998).
9 Op. cit. P. 14.
10 Secretaría de Gobernación/Conapo. La situación demográfica de México: P. 25.
(1998).
11 Las comparaciones económicas con la situación de principios de siglo son
apenas aproximadas, no sólo por la incertidumbre de los datos sino también por la
dificultad de acordar deflactores apropiados para una economía que ha cambiado su
estructura en forma drástica.
12 Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI)/ Banco de
México. Sistema de Cuentas Nacionales de México (1998).
13 Conapo. La situación demográfica. (1998).
14 Brown L.R., Renner M., Halweil, B.: Vital signs, 1999. The environmental
trends that are shaping our future. Worldwatch Institute. W. W. Norton & Co.
Nueva York/Londres, 1999.

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